El mandato de la Ley que le dio origen a la Institución ofreció un derrotero que marcó su rumbo, el cual es dar protección económica y bienestar a la población trabajadora mediante el fomento del ahorro y la satisfacción de sus necesidades de crédito, el apoyo a empresas generadoras de trabajo, así como el desarrollo comunal, destacando como labor esencial, la función de liberar de la usura a las personas trabajadoras del país, aspecto que ha cumplido con creces a lo largo de sus años de existencia.
Hoy más que nunca esta invaluable institución está llamada a perpetuar este mandato, por medio de una gestión financiera que promueva el desarrollo de la economía social; sobre una base de justicia y equilibrio.
Cuarenta y dos años después de su creación, sin temor a equivocarnos, el Banco Popular ha cumplido con miles de trabajadores y trabajadoras costarricenses. Podemos decir que ha cumplido con el país, y se ha convertido en un instrumento ideal para construir en Costa Rica la verdadera democratización bancaria. Ha sido capaz de desarrollar una forma solidaria de hacer negocios, contribuyendo al desarrollo nacional, de las personas y sus familias.
El Banco Popular y de Desarrollo Comunal, ha demostrado a lo largo de su historia que no puede existir desarrollo económico, si no va de la mano del desarrollo social. Solamente es posible construir sociedades y empresas exitosas si se les otorga la posibilidad de éxito a los individuos que la componen, y esto será posible en el tanto se camine junto a la equidad y la transparencia.
El aporte de esta Institución en favorecimiento de las clases más necesitadas es innegable. La historia le ha dado ya un sitio preferente entre la gente trabajadora costarricense. Con esta experiencia y este compromiso debemos velar por que las nuevas generaciones disfruten de los beneficios que el Banco provee. Por lo tanto, nuestra responsabilidad es dejar fortalecido este legado de forma que la historia patria tenga siempre una página reservada para la valiosa contribución del Banco Popular.
Al evolucionar el mundo, cambian las ideas y las formas de organización. Para atender estos cambios la Institución, desde ya, debe prepararse para enfrentar los retos del futuro, y nos consta que lo está haciendo.
Muy pronto estaremos en presencia de un mundo nuevo y diferente al que conocemos y de esta forma, el Banco será llamado a cumplir nuevos desafíos y tareas en consecuencia con su esencial función en el desarrollo económico y social del país. Y ahí estaremos para garantizar su permanencia y apoyarla en esta maravillosa sinergia que el destino ha creado entre la Institución y el Movimiento Solidarista.
El mandato de la Ley que le dio origen a la Institución ofreció un derrotero que marcó su rumbo, el cual es dar protección económica y bienestar a la población trabajadora mediante el fomento del ahorro y la satisfacción de sus necesidades de crédito, el apoyo a empresas generadoras de trabajo, así como el desarrollo comunal, destacando como labor esencial, la función de liberar de la usura a las personas trabajadoras del país, aspecto que ha cumplido con creces a lo largo de sus años de existencia.
Hoy más que nunca esta invaluable institución está llamada a perpetuar este mandato, por medio de una gestión financiera que promueva el desarrollo de la economía social; sobre una base de justicia y equilibrio.
Cuarenta y dos años después de su creación, sin temor a equivocarnos, el Banco Popular ha cumplido con miles de trabajadores y trabajadoras costarricenses. Podemos decir que ha cumplido con el país, y se ha convertido en un instrumento ideal para construir en Costa Rica la verdadera democratización bancaria. Ha sido capaz de desarrollar una forma solidaria de hacer negocios, contribuyendo al desarrollo nacional, de las personas y sus familias.
El Banco Popular y de Desarrollo Comunal, ha demostrado a lo largo de su historia que no puede existir desarrollo económico, si no va de la mano del desarrollo social. Solamente es posible construir sociedades y empresas exitosas si se les otorga la posibilidad de éxito a los individuos que la componen, y esto será posible en el tanto se camine junto a la equidad y la transparencia.
El aporte de esta Institución en favorecimiento de las clases más necesitadas es innegable. La historia le ha dado ya un sitio preferente entre la gente trabajadora costarricense. Con esta experiencia y este compromiso debemos velar por que las nuevas generaciones disfruten de los beneficios que el Banco provee. Por lo tanto, nuestra responsabilidad es dejar fortalecido este legado de forma que la historia patria tenga siempre una página reservada para la valiosa contribución del Banco Popular.
Al evolucionar el mundo, cambian las ideas y las formas de organización. Para atender estos cambios la Institución, desde ya, debe prepararse para enfrentar los retos del futuro, y nos consta que lo está haciendo.
Muy pronto estaremos en presencia de un mundo nuevo y diferente al que conocemos y de esta forma, el Banco será llamado a cumplir nuevos desafíos y tareas en consecuencia con su esencial función en el desarrollo económico y social del país. Y ahí estaremos para garantizar su permanencia y apoyarla en esta maravillosa sinergia que el destino ha creado entre la Institución y el Movimiento Solidarista.
Sr. Enrique Acosta Granados
Presidente del Movimiento Solidarista Costarricense