Gustavo Delgado
Hace varios días ya, que como Director de Panorama, tuve el gran gusto de entrevistar al doctor don José Alberto Sáenz Renault, con la intención de hacer varias notas sobre su vida académica, profesional y personal; esta experiencia sobrepasó todas mis expectativas y aunque ustedes escucharán próximamente en este mismo programa y con mayor detalle sobre la vida de este gran costarricense,
Resulta irónico que en una sociedad en donde la educación y el trabajo representan un papel de vital importancia para alcanzar una sociedad más próspera, las personas dejen de lado sus aspiraciones de excelencia para sumirse en un abismo de ignorancia, conformismo, mediocridad o apatía.
El fútbol es un fenómeno de masas, un crisol donde se manifiesta la grandeza y la bajeza el ser humano, los que nacen con talento para este deporte y son bien encauzados vienen con estrella y el resto de los mortales que ni siquiera saben de que se trata el juego, pareciera que vienen estrellados.
Las metas propuestas por el gobierno eran lo que cualquier costarricense podría desear para el país: atención a la pobreza, disminución del desempleo y de la criminalidad, alto crecimiento del PIB manteniendo una inflación baja así como la mejora en una serie de índices de desempeño-país que calculan organismos internacionales en temas que van desde la competitividad hasta el desempeño ambiental.
Nuestras sociedades están viviendo en un mundo en constante evolución, en el cual la comunicación, debe evolucionar necesariamente para alcanzar el éxito. Esto exige nuevas estructuras mentales y criterios de actuación en función de la cantidad y calidad, en virtud de que los antiguos esquemas de la información y de la comunicación, de tipo físico y analógico, son reemplazados por fenómenos socio culturales más amplios y complejos, que plantean, a su vez, nuevas formas de producción y de intercambio del conocimiento.
El pasado 15 de setiembre, el periódico La Nación, en la página 10ª, aparece el titular “Funcionarios de Recope admiten error en contrato a Procesos”, cuando me leí la cita nota periodística, me puse a pensar, que errores que se pagan caro, muy caro en esta vida, por ejemplo, cuando se descuida un conductor y por tal acción, desafortunadamente, le quita la vida a alguien, por más alegatos de que no hubo intención de causar daño, deberá asumir la consecuencias de este descuido a la hora de conducir.