Viernes, 03 Septiembre 2010 08:32

Andrés Izarra, ¿un periodista convertido en un dogmático bolivariano?

Para ubicar a nuestra amable audiencia sobre quién es este señor, les diremos que es el Presidente de TeleSur, es un canal informativo que se fue creado con el apoyo de seis países: Argentina, Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela. Según aparece en Internet, la política editorial de TeleSur es contribuir con el proceso de integración de los pueblos latinoamericanos, basándose en la presentación de información contextualizada y balanceada. Su meta es ayudar a formar ciudadanos críticos, informados y participativos dentro de la sociedad. Esta debería ser la línea de todo medio periodístico.

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A primeras luces, nadie podría estar en desacuerdo con la línea editorial del mencionado canal pero rápido me di cuenta de que ese decir parece ser más palabrería que otra cosa. Esto cuando vi al señor Izarra burlarse abiertamente de las manifestaciones de los otros invitados, a un especie de debate virtual organizado por CNN en español, en relación al reportaje titulado “Los guardianes de Chávez”, realizado por un canal español sobre la situación imperante actualmente en Venezuela y retransmitido por el canal estadounidense, al que el señor Izarra lo acusaba, reiteradamente, durante casi todas sus intervenciones, de hacer un periodismo pornográfico o algo así.

 

El mencionado reportaje presentaba la situación en Venezuela, exactamente como caótica para una sociedad que pretende vivir una verdadera y efectiva democracia. Afirmaciones que por mi parte no puedo ni avalar, ni rechazar pues no he estado en ese país, como para asumir una posición respecto a lo dicho en el citado reportaje. Sin embargo, era de esperar la reacción airada del representante del Chavismo en el mundo de la comunicación televisiva pero lo que no entendí, fue su actitud burlesca e irrespetuosa para con el medio que había tenido la cortesía e iniciativa de invitarlo y darle la oportunidad dar sus opiniones serias y fundamentadas que de forma objetiva descalificara lo dicho por las y los compatriotas suyos, quienes dan diferentes testimonios, a través de todo el documental pero el señor Izarra, en vez, de hacer esto, solo se burlaba e insistía de señalar que CNN hacia un periodismo pornográfico.

 

Como periodista, me sentí frustrado al ver como un profesional de esta disciplina, deja de lado su formación y vocación para convertirse a ultranza en el defensor de las actuaciones de uno de sus patrones. Esto me recordó las distintas reacciones de varias y varios colegas, que participamos en un evento para periodistas, donde precisamente, uno de los temas fue la conveniente pero, muchas veces, supuesta independencia que como profesionales debemos tener las y los periodistas frente a quienes son los dueños de los medios para los que trabajamos.

 

Empero, hay que decir que el señor Izarra tuvo un momento de lucidez periodística y fue cuando invitó al periodista de CNN en español para que viajara a Venezuela y así se

informara realmente de cuál es la verdadera situación en ese país. Por cierto, la invitación fue aceptada y habrá que ver si realmente se puede concretizar para beneficio de la verdad, de las y los venezolanos y de la democracia.

 

Nunca será con dogmatismos, insultos y actitudes burlonas e irrespetuosas, ni con aseveraciones infundadas que se logrará demostrar cuál es la verdad y quién la dice y quién no es más que una o un embustero al servicio de oscuros y tendenciosos intereses pero jamás de practicar un periodismo fiel a la profesión y a la opinión pública, que, en última estancia, es a quien nos debemos las y los periodistas.