Pero no se crea que solo los guanacastecos o puntarenenses son culpables de la agonía del Golfo de Nicoya. Qué va. También lo son los habitantes del Valle Central, que lanzan todo tipo de contaminantes y desechos al Río Grande de Tárcoles, el cual por efecto de las corrientes lleva la inmundicia y contaminantes hasta el Golfo.
El principal problema lo constituyen los agroquímicos utilizados en actividades agrícolas en la Cuenca del Tempisque y sus afluentes. Ya se ha encontrado metales pesados como Plomo y Mercurio en los sedimentos. Además, los investigadores han detectado el Lindado, un químico prohibido hace muchos años en Costa Rica.
Si el Golfo de Nicoya muere biológicamente, parte de Puntarenas morirá con el. Tremendo caos socioeconómico se tendría. Hoy más que nunca urge un Plan para rescatar el Golfo de Nicoya. Deben participar el Gobierno, las comunidades, los pescadores, empresas de todo tipo incluido el Sector Central. Que mañana no se llore lo que no se ha podido o querido defender hoy.
Lo cierto es que hoy el Golfo de Nicoya agoniza; sus aguas están contaminadas; la riqueza pesquera ha disminuido; la calidad de las aguas está afectada; sus playas son un basurero; y muchos de los ríos que ahí caen son cloacas abiertas.
Alexander Bonilla Durán