Martes, 01 Septiembre 2015 05:55

Nuestro deber es con el avance de Costa Rica

Para nadie es un secreto que en Costa Rica se han generado abusos, las responsabilidades se han diluido y, al final, no se sabe muy bien quién es responsable de quién o de qué. En el mejor de los casos, las culpas se repartirán entre todos. Aunque siempre existirá la tentación de asignar la responsabilidad de los problemas a otros, y ni para qué de echarle la culpa, enteramente al gobierno.

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Ahora bien, es cierto que el Gobierno tiene un gran peso en una adecuada gestión política-democrática. También se sabe que este gobierno, como otros, no siempre lo ha realizado con éxito, pero de ahí a afirmar, como algunas personas lo han expresado, que el Gobierno es el único responsable es un grave error.
Sepamos ser ciudadanos responsables, nuestro país no está en condiciones de seguir sustentándose en actitudes obsesivas, ¿cómo es posible que algunas personas, ante una decisión tan indispensable para nuestro ejercicio democrático como el de la acción ciudadana, se sustenten en el insulto o actos de violencia?, eso es poner a Costa Rica en la cuerda floja del progreso.
Ciertamente, como dijera el presidente estadounidense Barack Obama, “la elección de un presidente no es la solución total a los problemas nacionales, mas sí significa un peldaño en la búsqueda de una Patria más constructiva y propositiva”. Pero esa patria debe formarse entre todos, no solo es responsabilidad de un grupo político, de un gobierno y, menos, de un presidente. Implica el resultado de un renovado concepto de democratización; es decir, de un compromiso sólido con nuestro país y con las decisiones que tomemos o hayamos tomado, y ello no nace de una tercera persona, nace de nosotros.
Se trata de una responsabilidad de todos, desde los núcleos primarios como la familia y la escuela, también las organizaciones sindicales o empresariales, hasta llegar a los partidos políticos, el conjunto de las instituciones públicas y el presente y futuro gobierno, porque todos debemos ponernos de acuerdo sobre el rumbo de nuestra Nación, acerca de la sociedad actual que queremos disfrutar y del futuro que deseamos construir.
Para ello es vital que todos los costarricenses apostemos al trabajo responsable, al diálogo fraterno, a la sana permanencia de nuestro Estado de Derecho, a nuestro cumplimiento ético, y al respeto de las libertades y los derechos de los demás en aras de ejercer una convivencia inteligente.
Parafraseando a John F. Kennedy, no nos preguntemos qué puede hacer nuestro país por nosotros, sino qué podemos hacer todos juntos. De las circunstancias actuales sólo saldremos con la colaboración de todos, asumiendo nuestra responsabilidad como un primer paso. ¡Nuestro deber es ahora, exclusivamente, con el avance de Costa Rica!