El primero de noviembre de 1941 es una fecha marcada en la historia patria, ese día se aprobó la ley que le da vida a una de las más emblemáticas instituciones del país, la Caja Costarricense de Seguro Social.
Mediante una alianza casi impensada, la iglesia católica representada por monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez, el Partido Comunista en la figura de don Manuel Mora Valverde y el poder político encarnado en el Presidente de la República de entonces, el doctor Rafael Ángel Calderón Guardia, se pusieron de acuerdo para darle vida jurídica al Seguro Social.
Se suscribía así un pacto nacional, mediante el cual, la enfermedad de uno solo de nuestros habitantes, se convertía en una preocupación de todos.
Mucho agua ha pasado bajo el puente desde entonces y a pesar de los vaivenes, la Caja o el Seguro como se le llama familiarmente, sigue como la institución más entrañable para quienes habitamos este país y así lo reafirma una reciente encuesta de la firma Unimer para el periódico La Nación, donde se sitúa muy por encima de cualquier otra entidad en cuanto al cariño de la población se refiere.
La Caja se nutre del aporte de patronos, trabajadores y el Estado y la salud financiera de la entidad está íntimamente ligada a lo que suceda con la economía doméstica y global, en este momento la crisis internacional que tocó a la entidad a finales del año 2008 y aspectos de gestión, la tienen sumida en una situación de la que hay abundantes diagnósticos.
El 70 aniversario encuentra al Seguro Social en una encrucijada, al igual que el águila, la mayor de las aves, debe tomar una decisión, renovarse o morir, es tiempo de revisar el pacto suscrito por los antepasados, la Caja deberá pasar un duro y doloroso proceso y así remozada, emprender del nuevo el vuelo para cubrir a una población que la quiere y la necesita y por encima de intereses particulares, es el ser humano quien debe estar en el corazón de cualquier medida que se adopte.
El primero de noviembre de 1941 es una fecha marcada en la historia patria, ese día se aprobó la ley que le da vida a una de las más emblemáticas instituciones del país, la Caja Costarricense de Seguro Social.
Mediante una alianza casi impensada, la iglesia católica representada por monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez, el Partido Comunista en la figura de don Manuel Mora Valverde y el poder político encarnado en el Presidente de la República de entonces, el doctor Rafael Ángel Calderón Guardia, se pusieron de acuerdo para darle vida jurídica al Seguro Social.
Se suscribía así un pacto nacional, mediante el cual, la enfermedad de uno solo de nuestros habitantes, se convertía en una preocupación de todos.
Mucho agua ha pasado bajo el puente desde entonces y a pesar de los vaivenes, la Caja o el Seguro como se le llama familiarmente, sigue como la institución más entrañable para quienes habitamos este país y así lo reafirma una reciente encuesta de la firma Unimer para el periódico La Nación, donde se sitúa muy por encima de cualquier otra entidad en cuanto al cariño de la población se refiere.
La Caja se nutre del aporte de patronos, trabajadores y el Estado y la salud financiera de la entidad está íntimamente ligada a lo que suceda con la economía doméstica y global, en este momento la crisis internacional que tocó a la entidad a finales del año 2008 y aspectos de gestión, la tienen sumida en una situación de la que hay abundantes diagnósticos.
El 70 aniversario encuentra al Seguro Social en una encrucijada, al igual que el águila, la mayor de las aves, debe tomar una decisión, renovarse o morir, es tiempo de revisar el pacto suscrito por los antepasados, la Caja deberá pasar un duro y doloroso proceso y así remozada, emprender del nuevo el vuelo para cubrir a una población que la quiere y la necesita y por encima de intereses particulares, es el ser humano quien debe estar en el corazón de cualquier medida que se adopte.