Que quizás el principal problema ambiental del planeta se deriva del crecimiento de la población, es la opinión de la mayoría de expertos. Basan su opinión en que la población no puede seguir aumentando sin equilibrio porque amenaza los recursos naturales que son finitos, en un planeta con límites.
Hoy somos más de 7,000 millones de personas. A mediados o finales del siglo seremos 10 ó 12,000 millones. ¿Cómo vamos a hacer para satisfacer las necesidades básicas: trabajo, vivienda, educación, agua potable, etc., si deterioramos la base de los Recursos Naturales?
Marta Lomas, antropóloga y feminista mexicana plantea una reflexión sobre este dilema del crecimiento de la población. Según ella, tener hijos es más una manera de trascender, de no morir del todo, que una verdadera pasión por el proceso de crianza de nuevos seres. Definitivamente se deben conocer las consecuencias de la reproducción; debe haber una conciencia del límite.
Lomas, critica al ecofemenismo que sostiene que las mujeres como madres nutridoras y criadoras, tienen una mayor conciencia de la vida humana y del medio ambiente. Ese es el supuesto equivocado y se anuncia con desdén sexista “pobres hombres depredadores, nosotras no hemos perdido nuestra conexión con la Naturaleza”. No existe una supuesta superioridad femenina o masculina. Lo que hay que reconocer es la distinta potencialidad reproductiva y la doble moral sexual existente.
La conciencia ambientalista de la reproducción implica reconocer que la cultura crea las condiciones para que los cuerpos de las mujeres y de los hombres se reproduzcan de ciertas formas, con ciertos retos y en ciertos tiempos. Se debe generar una conciencia de responsabilidad reproductiva para preservar al Ambiente. Esto obviamente, entra en conflicto con creencias, especialmente religiosas, de allí que se vuelve urgente conciliar ambos criterios e iniciar las acciones de solución.
Alexander Bonilla Durán
Que quizás el principal problema ambiental del planeta se deriva del crecimiento de la población, es la opinión de la mayoría de expertos. Basan su opinión en que la población no puede seguir aumentando sin equilibrio porque amenaza los recursos naturales que son finitos, en un planeta con límites.
Hoy somos más de 7,000 millones de personas. A mediados o finales del siglo seremos 10 ó 12,000 millones. ¿Cómo vamos a hacer para satisfacer las necesidades básicas: trabajo, vivienda, educación, agua potable, etc., si deterioramos la base de los Recursos Naturales?
Marta Lomas, antropóloga y feminista mexicana plantea una reflexión sobre este dilema del crecimiento de la población. Según ella, tener hijos es más una manera de trascender, de no morir del todo, que una verdadera pasión por el proceso de crianza de nuevos seres. Definitivamente se deben conocer las consecuencias de la reproducción; debe haber una conciencia del límite.
Lomas, critica al ecofemenismo que sostiene que las mujeres como madres nutridoras y criadoras, tienen una mayor conciencia de la vida humana y del medio ambiente. Ese es el supuesto equivocado y se anuncia con desdén sexista “pobres hombres depredadores, nosotras no hemos perdido nuestra conexión con la Naturaleza”. No existe una supuesta superioridad femenina o masculina. Lo que hay que reconocer es la distinta potencialidad reproductiva y la doble moral sexual existente.
La conciencia ambientalista de la reproducción implica reconocer que la cultura crea las condiciones para que los cuerpos de las mujeres y de los hombres se reproduzcan de ciertas formas, con ciertos retos y en ciertos tiempos. Se debe generar una conciencia de responsabilidad reproductiva para preservar al Ambiente. Esto obviamente, entra en conflicto con creencias, especialmente religiosas, de allí que se vuelve urgente conciliar ambos criterios e iniciar las acciones de solución.
Alexander Bonilla Durán