Miércoles, 22 Mayo 2013 05:12

¡187 años después!

presidiera, por primera vez, una mujer: la magistrada Zarela Villanueva Monge.
Desde entonces, la Corte ha sido presidida por varones, pues antes, quizá hacia mediados del siglo pasado, era impensable que las mujeres tuvieran derechos reales, por mínimos que fueran.

 

 

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Y así, a pocos años de la independencia costarricense, es que un 1 de octubre de 1826, por orden del Congreso Constitucional, se ordena que, sin más dilación, se instalara la “Corte Superior de Justicia”, como se le llamaba entonces.
Debe aclararse que no es que el Poder Judicial “se fundó” (sic) en esa fecha, como mal se señaló en la prensa sobre este suceso histórico, pues como tal esa función, la judicial, ha existido desde la independencia de Costa Rica, según lo dictó la primera Constitución de 1821, Pacto Social Fundamental Interino de la Provincia de Costa Rica. E incluso antes, en la colonia, existieron los autoridades judiciales encargadas de resolver los conflictos que surgen en todo comunidad humana.
Retomando el importante hecho de la elección de D Zarela Villanueva como la primera mujer en asumir la presidencia de la Corte, ello marca, sin duda alguna, un gran paso en la igualdad en los derechos entre hombres y mujeres en Costa Rica para acceder al alto cargo en este Poder de la República. Además, hay que recordar que ella misma, la magistrada Villanueva, desde el 2010, cuando fue electa como vicepresidenta de la Corte, dio un salto importantísimo, pues, igual, solo hombres accedían a esa posición.
No obstante lo relevante del hecho, debe admitirse sin ambages que la acertada elección de D Zarela no es sólo por el hecho de ser mujer sino que hay que destacar que ello obedece a que merecía, y más, ser electa dada su gran experiencia judicial y preparación profesional como jueza de la República, por casi 35 años, sumada a su honorabilidad y su intachable actuar en el ámbito público y privado.
Además, la magistrada Villanueva ha ido a la vanguardia de los derechos humanos y su lucha en favor de que a la mujer se le dé el sitial que por tantísimos años se le ha negado, lo que logra, simbólicamente, con esta elección, que marcará el derrotero a seguir. ¡Cayeron más muros!
Al asumir el cargo la Dra. Villanueva, muy emocionada, expresó: “Me correspondió ir contra corriente; abrir camino. En ese proceso descubrí que las luchas que valen la pena tienen un costo personal muy alto, pero también que son estas las que le dan sentido especial a la vida”.
Sabias palabras y testimonian una vida dedicada por entero a la judicatura, con altos y bajos, pero siempre convencida de que con la constancia se alcanza las más inimaginables metas.
Si en 187 años, le antecedieron 61 presidentes en la Corte, la llegada de esta insigne jurista al más alto cargo de este Poder, bien podría ella darse por satisfecha, aunque de seguro sólo será una de las tantas metas que aún tiene por alcanzar.
Y si de algo puede estar segura D Zarela es que, desde la eternidad, su antecesor y a quien ella tanto admiró, y le valió su afecto, D Luis Paulino Mora, debe estar muy complacido de que sea ella la que haya tomado el timón de lo que para él también fue su razón de vivir y de hacer Patria.