La vitamina C ayuda a la cicatrización de las heridas, protege las células y es necesaria para que el tejido conectivo, que fortalece a los órganos se mantenga saludable. También es importante para los huesos, la piel y para que el cuerpo absorba el hierro.
En cuanto a la creencia popular acerca de sus propiedades para prevenir los resfríos, los estudios realizados no han encontrado suficiente evidencia para asegurar que la vitamina C ayuda a la prevención de esta enfermedad.
Como el cuerpo no puede almacenar la vitamina C, esta debe ingerirse diariamente. La falta de esta vitamina puede causar escorbuto, una enfermedad que ocasiona debilidad, problemas en las encías y hemorragias en la piel y los músculos.
Ahora hablemos de la Vitamina D, la cual sirve para regular la cantidad de fosfato que hay en el cuerpo y ayuda en la absorción del calcio, lo que es fundamental para los huesos, y también para mantener los dientes sanos. La vitamina D también juega un papel importante en los nervios, los músculos y el sistema inmunitario. El cuerpo la produce naturalmente al exponerse al sol.
La falta de esta vitamina puede ocasionar osteoporosis y dolor de huesos en los adultos y raquitismo en los niños.
Productos ricos en vitamina D: el salmón, las sardinas, el hígado, los cereales, la leche y la yema de huevo.
Mañana cerraremos nuestra seria sobre las vitaminas