Este avance “ha capturado la imaginación del público con imágenes transmitidas desde más allá de Marte y abre una nueva era de la ciencia de los cometas”, explica la revista Science.
Y es que se trata de la primera vez que una misión espacial consigue situarse alrededor de un cometa y hacer aterrizar un módulo robótico en él. Teniendo en cuenta que la atracción gravitatoria de un cometa es ínfima comparada con la de un planeta, la gesta era realmente complicada.
Si todo sigue como está previsto, la misión Rosetta se convertirá en la primera que acompañe a un cometa en su acercamiento al Sol, para ver cómo este cambia con el calor de nuestro astro rey.