Pero existen casos en que la preposición “de” acompaña adecuadamente a un verbo.
Por ejemplo en los casos: “acordarse de”, “alegrarse de”, “arrepentirse de”, “olvidarse de”, “convencer de” o “tratar de” en el sentido de "procurar algo".
De ahí que sea correcto decir: "Lo convencí de que usara traje entero" y "Trato de que sea una persona de bien".
Otras estructuras que requieren la preposición “de” es “ganas de”, “seguro de” o “convencido de”, al igual que las locuciones “a pesar de que”, “a fin de que”, “a condición de que” y “en caso de que”.
Existen algunos verbos que admiten las formas “que” y “de que”, por ejemplo “avisar”, “advertir” o “dudar”, por eso está bien decir: “Dudo que escribieras el discurso” o “Dudo de que escribieras el discurso”.
Más sobre el “dequeísmo” en próximas entregas, por el momento agradecemos a nuestro colaborador Carlos Díaz Chavarría por su contribución profesional sobre este tema.
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