Carlos señala que aunque muchos extranjerismos forman parte de nuestro vocabulario por el impacto de la globalización y la tecnología, se debe tener cuidado con su uso pues algunos extranjerismos, de acuerdo con la Real Academia Española de la Lengua, no están incorporadas totalmente al idioma.
Algunos de los extranjerismos que han permeado el español son los anglicismos, estos son términos provenientes del inglés y son los que poseen mayor influencia en el español, por ejemplo bluetooth o golf.
También se encuentran los galicismos, provenientes del francés como chef o élite, o los arabismos derivados del árabe como albahaca o albañil.
Ahora bien, aunque toda lengua a lo largo de su historia ha incorporado extranjerismos, lo recomendable es hacer un esfuerzo para evitarlos, en especial si existen las palabras correspondientes en nuestro idioma.
Por eso en lugar de decir show se debe decir espectáculo, o en vez de locker existe el término en español que es casillero. Igual sucede en el caso del término link que se debe sustituir por enlace.
Carlos Díaz también explica que existen palabras foráneas para las cuales actualmente no existe un equivalente en español, o no es tan preciso, en estos casos se utiliza el término de origen, por ejemplo software, bulevar o club.
Otros extranjerismos, que son admitidos por la Real Academia Española, están especialmente relacionados con fenómenos tecnológicos nuevos como las palabras chip o scanner. Otros extranjerismos recogidos en el Diccionario de la Real Academia Española son: champú, béisbol, chequeo, carné, casete, eslogan, espagueti, estándar, estrés, líder o sándwich.
No hay que olvidar, que nuestra lengua posee una gran riqueza léxica, por lo cual debemos defender los términos en español lo más que se pueda. Gracias a don Carlos por apoyarnos en este primordial rescate de nuestro idioma.