Comentarista Invitado

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Alguito le hay hecho a San José para que no sea tan fea. Eso lo reconocemos, principalmente con algunos espacios abiertos y bulevares. Pero ¿ podremos llegar a tener una San José Sostenible ?
Antes de responder, veamos que hicieron en San Francisco, California, para que la declararan la ciudad más sostenible de Estados Unidos. En primer lugar miremos los parámetros utilizados, por The Economist Intelligence Unit' (EIU) y Siemens: “emisiones de dióxido de carbono (CO2), eficiencia energética, uso del suelo, edificios, transporte, agua, residuos, calidad del aire y la agenda medioambiental de gobierno” () .
La ciudad es líder en cuanto a mejor desempeño en asociación con el sector privado en iniciativas verdes; su mayor fortaleza está en el manejo de los residuos.
En el 2010 lograron  una tasa de reciclaje de residuos de un 77%( el promedio de otras ciudades es de apenas un 26%). En el 2008 San Francisco desvió de los basureros mas de 1.6 millones de toneladas de residuos. Su legislación obliga a reciclar y compostar.
Desde el 2009 las residencias y negocios dedicados a las comidas y eventos organizados están obligados a separar los residuos en tres categorías: materiales reciclables, los del compostaje,  y la basura que va al vertedero. Y quien no cumpla debe pagar fuertes multas. También San Francisco, fue la primera ciudad que en el 2007 prohibió el uso de bolsas plásticas. Ahora las tiendas entregan bolsas que pueden  ir al compostaje bajo certificado, bolsas reutilizables, o bolsas con un mínimo de 40%  de contenido reciclado.
Creo que coincidirán conmigo, que a como están las cosas, la burocracia, la temida tramitología estatal, el vacilón con las leyes, la calidad de legisladores, y el analfabetismo ecológico existente, San José, no podría calificar para ser  una Ciudad Sostenible. Como dice la canción…pasarán más de mil años….
Mientras, sostenemos que San José es una ciudad fea, sucia, deshumanizada, y con aires de grandeza. Ahora hasta peligrosa, contaminada donde en algunos lugares hay que taparse la nariz al pasar. Es además una cueva de locos, muy ruidosa. Un caos con el tránsito… Y póngale a todo eso, lo que usted quiera más….
Alexander Bonilla Durán
Alguito le hay hecho a San José para que no sea tan fea. Eso lo reconocemos, principalmente con algunos espacios abiertos y bulevares. Pero ¿ podremos llegar a tener una San José Sostenible ?
Don Luis Liberman dijo a inicios de esta semana que la reforma al Código Tributario estaba pegada en comisión y que ya no salía. Se equivocó en su lectura el señor Vicepresidente, pues en tiempo récord, el pasado martes 24 de abril se votó más de 700 mociones y ya para el jueves, el proyecto estaba en el Plenario.
¿Cuál es el secreto para votar, en un solo día, 700 mociones?
El secreto es uno sólo: el consenso. Las mociones fueron ampliamente discutidas y consensuadas por los representantes de los distintos partidos políticos, con un excelente acompañamiento realizado por los representantes del Ministerio de Hacienda.
El consenso se logra cuando se aborda la materia manteniendo una perspectiva técnica y una mesa abierta al diálogo. El martes 24 de abril se aprobaron mociones, no sólo de esta Diputada, sino también mociones del PAC, del PLN, de la Unidad y del Frente Amplio.
¿Qué mayor prueba de este diálogo técnico que una pluralidad política como ésta dentro de las mociones aprobadas?
Todas las mociones votadas el martes fueron de votación unánime. No existieron líneas de partido sino que existió una línea aún mayor: evitar la evasión.
Cuando se entiende que en aras del beneficio del país, todos los legisladores –sin importar banderas políticas– tenemos mucho que aportar, se tiene la receta para lograr consensos y para votar, sin mayor problema, 700 mociones en un solo día.
Comparemos ésta receta con la receta empleada para el fallido plan fiscal y cuestionémonos, para el futuro, cuál rinde mejores resultados.
PATRICIA PEREZ HEGG
Don Luis Liberman dijo a inicios de esta semana que la reforma al Código Tributario estaba pegada en comisión y que ya no salía. Se equivocó en su lectura el señor Vicepresidente, pues en tiempo récord, el pasado martes 24 de abril se votó más de 700 mociones y ya para el jueves, el proyecto estaba en el Plenario.
Algunas personas creen que ser ambientalistas es hablar solo de árboles y animales. Se les olvida que el ser humano es parte integral del ambiente y, el desarrollo sostenible no se puede lograr si no resolvemos problemas sociales y económicos, si no hay fuentes de empleo, vivienda digna, seguridad sanitaria y social, y garantías individuales.
Por eso creo que estar metido en el mundo ambiental es una gran responsabilidad, porque conlleva buscar propiciar un cambio de actitud de los ciudadanos. Esto significa que se tenga que tener autoridad moral para defender la naturaleza, viendo al hombre como el eje central. En este particular yo creo que los jóvenes y en general la población, tiene que exigir un Código de Ética o Conducta para los que promuevan la conservación ambiental o el desarrollo sostenible.
Por ejemplo miro muy cuestionable a una persona que se diga ambientalista y sea un borracho, o producto del alcoholismo atropelle y mate a un ser humano; a una persona que fume marihuana, crack o cocaína o sea narcotraficante o no veo que autoridad moral tendría un ladrón o corruptos de menores pidiendo defender la ecología. La ecología hay que vivirla y practicarla. No importa en el sector que se esté: ya sea privado, empresarial, gubernamental, educativo, como ciudadano o ama de casa.
Pedimos a los padres de familia y a los ciudadanos que valoren muy bien la autoridad moral de aquellos que hoy se presentan como ambientalistas o ecologistas, porque se podría estar desvirtuando el verdadero sentido de la conservación ambiental y del desarrollo sostenible, cual es mejorar y satisfacer las necesidades de las presentes y futuras generaciones, siempre teniendo en cuenta que el ser humano es el principal recurso natural a proteger.
ALEXANDER BONILLA DURÁN
Algunas personas creen que ser ambientalistas es hablar solo de árboles y animales. Se les olvida que el ser humano es parte integral del ambiente y, el desarrollo sostenible no se puede lograr si no resolvemos problemas sociales y económicos, si no hay fuentes de empleo, vivienda digna, seguridad sanitaria y social, y garantías individuales.
A primera vista podría parecer un título irónico o provocador, sin embargo no es así. Hugo Chaves, como lo fueron en su momento Fidel Castro, Fernando Lugo del Paraguay y un poco menos, Ignacio "Lula" Da Silva, han hecho un inmenso aporte a la humanidad. Con su enfermedad, han mostrado al mundo, en grandes titulares, la fragilidad del ser humano, indistintamente la posición social, económica, política o militar que ostenten.
Para los que nos dedicamos al campo de la salud, resulta fundamental mantener permanentemente en la agenda política, el principio de que la salud es la base fundamental sobre la cual se construye el bienestar individual, familiar y colectivo. Que la lucha por preservar la salud vale la pena. Que todo el esfuerzo por mantener sana a la familia, resulta poco al lado de lidiar con el dolor de la enfermedad, la amenaza implícita de la pérdida del ser amado, o la inseguridad económica en que puede sumir a la familia.
Estos jefes de estado, especialmente Chaves en este momento, nos dan la oportunidad de comprender que la salud es el valor más preciado que las sociedades libres de nuestros días, deben capitalizar.
Nos permite dimensionar en todos sus alcances, el inmenso impacto que tiene la enfermedad, sobre todo la enfermedad maligna que amenaza mortalmente la existencia. ¿Quién hubiera imaginado al otrora todopoderoso Chaves, tembloroso y con la voz quebrada, pidiéndole a Dios, con todo su corazón en esta Semana Santa pasada que por favor le de más tiempo para terminar su misión en la tierra? Juro que jamás, en otra circunstancia, hubiese sido posible algo similar.
Esa incertidumbre que viven todos los venezolanos, por las razones más diversas posibles de imaginar, es la misma que vivimos los simples mortales cuando es el padre o la madre la que se enferma. El asunto está en cuán preparado y con qué se cuenta para hacerle frente al reto más importante de la vida.
A los jefes de estado los atienden los mejores médicos de mundo, literalmente, en los mejores hospitales y con los mejores equipos y medicamentos disponibles.
En otras palabras, tenemos que hacer los esfuerzos que correspondan para garantizar el acceso a los servicios de salud a toda la población, en condiciones de equidad, como ha sido en buenas cuentas, el anhelo de todos los costarricenses a lo largo de los años.
Hoy por hoy en Costa Rica, el problema más importante que tenemos  que resolver con prontitud y entereza, es la recuperación económica y la calidad de los servicios de salud de la Caja Costarricense de Seguro Social.
Nadie sabe qué, cuándo y adónde nos va a tocar, pero si la CCSS está bien, si los servicios de salud están bien, ya no importa tanto el qué, el cuándo y el adónde, estamos protegidos.
ALVARO SALAS CHAVES
A primera vista podría parecer un título irónico o provocador, sin embargo no es así. Hugo Chaves, como lo fueron en su momento Fidel Castro, Fernando Lugo del Paraguay y un poco menos, Ignacio "Lula" Da Silva, han hecho un inmenso aporte a la humanidad. Con su enfermedad, han mostrado al mundo, en grandes titulares, la fragilidad del ser humano, indistintamente la posición social, económica, política o militar que ostenten.
Con justa razón, los costarricenses reaccionamos con indignación y enojo al descubrir que el Ministro de Hacienda y el Director de Tributación Directa no pagaban sus impuestos como debían, al tiempo que impulsaban la aprobación de un nuevo plan tributario y criticaban la situación de evasión fiscal en el país. Las desacertadas declaraciones de la Presidenta Chinchilla, no hicieron más que atizar una hoguera ya de por sí ardiente. Bastaba con escuchar los programas de radio o leer los “sitios web” de los medios de comunicación colectiva, para constatar la ola de rabia que se desató entre la población.
Pasado el vendaval inicial, me parece importante hacer una nueva reflexión, esta vez sobre nuestra conducta como ciudadanos. Y es que en este asunto, un detalle esencial fue pasado por alto por casi todo el mundo: la Nación informó que ocho de cada diez propiedades están subvaloradas en Costa Rica, por lo que evidentemente no solamente los Ministros y Diputados pagan menos impuestos de los que deben… Así pues, si bien la crítica de los políticos era justificada y necesaria, pues ellos más que nadie están llamados a ser irreprochables y a predicar con el ejemplo, lo cierto es que también se impone un ejercicio de autocrítica a nivel generalizado, un examen de conciencia, profundo, sincero y humilde, de cada uno de nosotros.
La Biblia, plena de sabiduría, nos interroga y nos cuestiona: ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
Conviene, pues, darle una mirada a nuestra propia conducta, para ver si estamos contribuyendo con nuestros actos a construir una patria mejor y más justa, o si por el contrario estamos participando del deterioro generalizado que se vive en el país. Más allá del tema de impuestos, debemos preguntarnos entonces: ¿Cuál será la “viga” que tengo en el ojo? ¿Trabajo con empeño o me limito al mínimo esfuerzo? ¿Soy leal en mi trabajo o invento incapacidades? ¿Respeto la ley o la burlo? ¿Pago mordidas para evitar multas o trámites?¿Contamino o cuido el ambiente? ¿Soy solidario o solo me importa mi propio bienestar? En suma: ¿Soy un buen ciudadano?
No debemos olvidar que Costa Rica somos todos, que nuestro futuro lo construimos juntos y que por eso tenemos responsabilidades que no podemos obviar ni debemos eludir.
Es hora ya de generar un cambio, profundo y trascendental, porque solamente así lograremos que la sociedad sea más justa, más equitativa y que la “igualdad de oportunidades” deje de ser un eslogan vacío para convertirse en una realidad concreta. Empecemos allí donde más fácil acceso tenemos, donde no hay excusa para no actuar, empecemos pues, por nosotros mismos.
Rodolfo Brenes Vargas
Con justa razón, los costarricenses reaccionamos con indignación y enojo al descubrir que el Ministro de Hacienda y el Director de Tributación Directa no pagaban sus impuestos como debían, al tiempo que impulsaban la aprobación de un nuevo plan tributario y criticaban la situación de evasión fiscal en el país. Las desacertadas declaraciones de la Presidenta Chinchilla, no hicieron más que atizar una hoguera ya de por sí ardiente. Bastaba con escuchar los programas de radio o leer los “sitios web” de los medios de comunicación colectiva, para constatar la ola de rabia que se desató entre la población.
Con justa razón, los costarricenses reaccionamos con indignación y enojo al descubrir que el Ministro de Hacienda y el Director de Tributación Directa no pagaban sus impuestos como debían, al tiempo que impulsaban la aprobación de un nuevo plan tributario y criticaban la situación de evasión fiscal en el país. Las desacertadas declaraciones de la Presidenta Chinchilla, no hicieron más que atizar una hoguera ya de por sí ardiente. Bastaba con escuchar los programas de radio o leer los “sitios web” de los medios de comunicación colectiva, para constatar la ola de rabia que se desató entre la población.
Pasado el vendaval inicial, me parece importante hacer una nueva reflexión, esta vez sobre nuestra conducta como ciudadanos. Y es que en este asunto, un detalle esencial fue pasado por alto por casi todo el mundo: la Nación informó que ocho de cada diez propiedades están subvaloradas en Costa Rica, por lo que evidentemente no solamente los Ministros y Diputados pagan menos impuestos de los que deben… Así pues, si bien la crítica de los políticos era justificada y necesaria, pues ellos más que nadie están llamados a ser irreprochables y a predicar con el ejemplo, lo cierto es que también se impone un ejercicio de autocrítica a nivel generalizado, un examen de conciencia, profundo, sincero y humilde, de cada uno de nosotros.
La Biblia, plena de sabiduría, nos interroga y nos cuestiona: ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
Conviene, pues, darle una mirada a nuestra propia conducta, para ver si estamos contribuyendo con nuestros actos a construir una patria mejor y más justa, o si por el contrario estamos participando del deterioro generalizado que se vive en el país. Más allá del tema de impuestos, debemos preguntarnos entonces: ¿Cuál será la “viga” que tengo en el ojo? ¿Trabajo con empeño o me limito al mínimo esfuerzo? ¿Soy leal en mi trabajo o invento incapacidades? ¿Respeto la ley o la burlo? ¿Pago mordidas para evitar multas o trámites?¿Contamino o cuido el ambiente? ¿Soy solidario o solo me importa mi propio bienestar? En suma: ¿Soy un buen ciudadano?
No debemos olvidar que Costa Rica somos todos, que nuestro futuro lo construimos juntos y que por eso tenemos responsabilidades que no podemos obviar ni debemos eludir.
Es hora ya de generar un cambio, profundo y trascendental, porque solamente así lograremos que la sociedad sea más justa, más equitativa y que la “igualdad de oportunidades” deje de ser un eslogan vacío para convertirse en una realidad concreta. Empecemos allí donde más fácil acceso tenemos, donde no hay excusa para no actuar, empecemos pues, por nosotros mismos.
Rodolfo Brenes Vargas
Con justa razón, los costarricenses reaccionamos con indignación y enojo al descubrir que el Ministro de Hacienda y el Director de Tributación Directa no pagaban sus impuestos como debían, al tiempo que impulsaban la aprobación de un nuevo plan tributario y criticaban la situación de evasión fiscal en el país. Las desacertadas declaraciones de la Presidenta Chinchilla, no hicieron más que atizar una hoguera ya de por sí ardiente. Bastaba con escuchar los programas de radio o leer los “sitios web” de los medios de comunicación colectiva, para constatar la ola de rabia que se desató entre la población.
A pocos días de cumplir la señora Presidente, Laura Chinchilla 730 días de gobierno,  su administración se torna desgastada, y sin salida, con problemas de corrupción por doquier, con una economía que a pesar que los entendidos expresan, se nota estable, esta no se refleja en los bolsillos de los costarricenses.
Cuando doña Laura aspiró a ser Presidente de la República, expresó ser firme y honesta, pero se ha encontrado con yerros por parte de sus colaboradores, quienes se han visto envueltos en marañas innecesarias, que disminuyen la atención a los problemas nacionales, que afectan la buena marcha del país.
La Presidente, busca por todos los medios, lograr sus objetivos gubernamentales; pero no hay quién le colabore de forma positiva, al punto que las bajas en su gabinete han sido sensibles, la sociedad parece estar en contra de todos sus proyectos, una oposición que un día no le ayuda  y otro tampoco, a pesar que expresan que doña Laura no se deja ayudar.
Es aquí donde viene la pregunta ¿quiénes son esos que desean ayudar al gobierno y a Costa Rica? ¿dónde  están los políticos que aspiran a ser presidentes de la República, dando su apoyo con ideas claras como expresan tenerlas? o ¿es un simple slogan  para lograr votos de los costarricenses en la próxima campaña política?
Es claro, que con un panorama así, doña Laura, se muestra cansada, aferrada a un plan fiscal que parece estar más que enterrado y su gobierno sin un rumbo claro, como una brújula que ya pasó a la historia, sin proyectos alternativos que signifiquen un plan B en caso que los que pasan por la Casa de los Sustos, llámese Asamblea Legislativa no prosperen.
Así las cosas, lo que debemos hacer todos los costarricenses con doña Laura, es ayudarla, siempre y cuando ella también lo permita, que haga un reacomodo de su gabinete, que nombre una comisión que investigue hasta la saciedad a quienes están acompañándola y a quienes vayan a estar a la par de ella con el deseo de gobernar, porque si este barco no supera la tempestad, nos jodemos todos.
Por : Wilberth Gutiérrez Cabrera
A pocos días de cumplir la señora Presidente, Laura Chinchilla 730 días de gobierno,  su administración se torna desgastada, y sin salida, con problemas de corrupción por doquier, con una economía que a pesar que los entendidos expresan, se nota estable, esta no se refleja en los bolsillos de los costarricenses.