A pocos días de cumplir la señora Presidente, Laura Chinchilla 730 días de gobierno, su administración se torna desgastada, y sin salida, con problemas de corrupción por doquier, con una economía que a pesar que los entendidos expresan, se nota estable, esta no se refleja en los bolsillos de los costarricenses.
Cuando doña Laura aspiró a ser Presidente de la República, expresó ser firme y honesta, pero se ha encontrado con yerros por parte de sus colaboradores, quienes se han visto envueltos en marañas innecesarias, que disminuyen la atención a los problemas nacionales, que afectan la buena marcha del país.
La Presidente, busca por todos los medios, lograr sus objetivos gubernamentales; pero no hay quién le colabore de forma positiva, al punto que las bajas en su gabinete han sido sensibles, la sociedad parece estar en contra de todos sus proyectos, una oposición que un día no le ayuda y otro tampoco, a pesar que expresan que doña Laura no se deja ayudar.
Es aquí donde viene la pregunta ¿quiénes son esos que desean ayudar al gobierno y a Costa Rica? ¿dónde están los políticos que aspiran a ser presidentes de la República, dando su apoyo con ideas claras como expresan tenerlas? o ¿es un simple slogan para lograr votos de los costarricenses en la próxima campaña política?
Es claro, que con un panorama así, doña Laura, se muestra cansada, aferrada a un plan fiscal que parece estar más que enterrado y su gobierno sin un rumbo claro, como una brújula que ya pasó a la historia, sin proyectos alternativos que signifiquen un plan B en caso que los que pasan por la Casa de los Sustos, llámese Asamblea Legislativa no prosperen.
Así las cosas, lo que debemos hacer todos los costarricenses con doña Laura, es ayudarla, siempre y cuando ella también lo permita, que haga un reacomodo de su gabinete, que nombre una comisión que investigue hasta la saciedad a quienes están acompañándola y a quienes vayan a estar a la par de ella con el deseo de gobernar, porque si este barco no supera la tempestad, nos jodemos todos.
Por : Wilberth Gutiérrez Cabrera
A pocos días de cumplir la señora Presidente, Laura Chinchilla 730 días de gobierno, su administración se torna desgastada, y sin salida, con problemas de corrupción por doquier, con una economía que a pesar que los entendidos expresan, se nota estable, esta no se refleja en los bolsillos de los costarricenses.
Cuando doña Laura aspiró a ser Presidente de la República, expresó ser firme y honesta, pero se ha encontrado con yerros por parte de sus colaboradores, quienes se han visto envueltos en marañas innecesarias, que disminuyen la atención a los problemas nacionales, que afectan la buena marcha del país.
La Presidente, busca por todos los medios, lograr sus objetivos gubernamentales; pero no hay quién le colabore de forma positiva, al punto que las bajas en su gabinete han sido sensibles, la sociedad parece estar en contra de todos sus proyectos, una oposición que un día no le ayuda y otro tampoco, a pesar que expresan que doña Laura no se deja ayudar.
Es aquí donde viene la pregunta ¿quiénes son esos que desean ayudar al gobierno y a Costa Rica? ¿dónde están los políticos que aspiran a ser presidentes de la República, dando su apoyo con ideas claras como expresan tenerlas? o ¿es un simple slogan para lograr votos de los costarricenses en la próxima campaña política?
Es claro, que con un panorama así, doña Laura, se muestra cansada, aferrada a un plan fiscal que parece estar más que enterrado y su gobierno sin un rumbo claro, como una brújula que ya pasó a la historia, sin proyectos alternativos que signifiquen un plan B en caso que los que pasan por la Casa de los
Sustos, llámese Asamblea Legislativa no prosperen.
Así las cosas, lo que debemos hacer todos los costarricenses con doña Laura, es ayudarla, siempre y cuando ella también lo permita, que haga un reacomodo de su gabinete, que nombre una comisión que investigue hasta la saciedad a quienes están acompañándola y a quienes vayan a estar a la par de ella con el deseo de gobernar, porque si este barco no supera la tempestad, nos jodemos todos.
Por : Wilberth Gutiérrez Cabrera