Comentarista Invitado

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Después de tanto nublados en el quehacer laboral costarricense con posiciones que como ticos trabajadores no compartimos en lo absoluto, el Movimiento Solidarista Costarricense celebra hoy día el XXVI Congreso Nacional de este sector, actividad que sin duda engrandece el quehacer laboral y nos enorgullece. Muchos son los logros de los solidaristas en esta Costa Rica laboral, muchas las y los beneficiados de un movimiento competitivo más preocupado por hacer... que por esperar que le den algo.
Hace unos días nos reunimos con la Presidente de la República en una actividad marcada de civismo en donde básicamente le dijimos "señora Presidente ¿en que le podemos ayudar?" lo cual sorprendió a la Presidente, vicepresidentes y ministros que le acompañaron. Nos pusimos a su disposición para ayudar en temas tan diversos como administración de bienes y servicios o en el programa Red de Cuido, mucho podemos hacer ya que contamos con la experiencia y la transparencia del caso.
El solidarismo es un organismo que  cambia constantemente involucrándose cada vez más en el quehacer de este país, innumerables son los alcances de este gran numero de trabajadoras y trabajadores que día a día con su propio empeño y dedicación logran objetivos para el engrandecimiento propio y de sus familias. Nos hemos convertido en la primera opción de los trabajadores para satisfacer las necesidades personales, de vivienda, salud, estética, educación, esparcimiento y además otorgamos rendimientos económicos superiores a la media anual.
De cara a nuestro congreso, hemos propuesto temas diferentes en busca del engrandecimiento de nuestros compañeros, hoy abarcaremos aspectos de economía mundial, nacional y medularmente tocaremos el punto de valores, esos valores ticos que nuestros abuelos y padres nos inculcaron para forjar una Costa Rica próspera, educada, una Costa Rica libre laboralmente luchadora, tenás… sin duda alguna "la Costa Rica que todos queremos".
Danilo Guerrero Rodríguez
Después de tanto nublados en el quehacer laboral costarricense con posiciones que como ticos trabajadores no compartimos en lo absoluto, el Movimiento Solidarista Costarricense celebra hoy día el XXVI Congreso Nacional de este sector, actividad que sin duda engrandece el quehacer laboral y nos enorgullece. Muchos son los logros de los solidaristas en esta Costa Rica laboral, muchas las y los beneficiados de un movimiento competitivo más preocupado por hacer... que por esperar que le den algo.
Después de tanto nublados en el quehacer laboral costarricense con posiciones que como ticos trabajadores no compartimos en lo absoluto, el Movimiento Solidarista Costarricense celebra hoy día el XXVI Congreso Nacional de este sector, actividad que sin duda engrandece el quehacer laboral y nos enorgullece. Muchos son los logros de los solidaristas en esta Costa Rica laboral, muchas las y los beneficiados de un movimiento competitivo más preocupado por hacer... que por esperar que le den algo.
Hace unos días nos reunimos con la Presidente de la República en una actividad marcada de civismo en donde básicamente le dijimos "señora Presidente ¿en que le podemos ayudar?" lo cual sorprendió a la Presidente, vicepresidentes y ministros que le acompañaron. Nos pusimos a su disposición para ayudar en temas tan diversos como administración de bienes y servicios o en el programa Red de Cuido, mucho podemos hacer ya que contamos con la experiencia y la transparencia del caso.
El solidarismo es un organismo que  cambia constantemente involucrándose cada vez más en el quehacer de este país, innumerables son los alcances de este gran numero de trabajadoras y trabajadores que día a día con su propio empeño y dedicación logran objetivos para el engrandecimiento propio y de sus familias. Nos hemos convertido en la primera opción de los trabajadores para satisfacer las necesidades personales, de vivienda, salud, estética, educación, esparcimiento y además otorgamos rendimientos económicos superiores a la media anual.
De cara a nuestro congreso, hemos propuesto temas diferentes en busca del engrandecimiento de nuestros compañeros, hoy abarcaremos aspectos de economía mundial, nacional y medularmente tocaremos el punto de valores, esos valores ticos que nuestros abuelos y padres nos inculcaron para forjar una Costa Rica próspera, educada, una Costa Rica libre laboralmente luchadora, tenás… sin duda alguna "la Costa Rica que todos queremos".
Danilo Guerrero Rodríguez
Después de tanto nublados en el quehacer laboral costarricense con posiciones que como ticos trabajadores no compartimos en lo absoluto, el Movimiento Solidarista Costarricense celebra hoy día el XXVI Congreso Nacional de este sector, actividad que sin duda engrandece el quehacer laboral y nos enorgullece. Muchos son los logros de los solidaristas en esta Costa Rica laboral, muchas las y los beneficiados de un movimiento competitivo más preocupado por hacer... que por esperar que le den algo.
A veces parece que lo que más le hace falta al Gobierno es sentido común. Mencionaba el diario La República (31 de mayo de 2012), la duplicidad de puestos  en el Gobierno tendrá una factura de $717 millones para este año. Si se compara esta cifra (alrededor de  ¢360 mil millones de colones) con el déficit esperado para el presente año 2012, nos encontramos con que la misma representa alrededor del 30% del tan temido déficit.
El artículo señala además que este tipo de gastos de duplicidad administrativa han crecido en un 60% en los últimos cuatro años, señalando el foco del problema en los Órganos Desconcentrados que se encuentran bajo la tutela de algunos ministerios; en estos órganos, en cuestión de cuatro años los salarios reales han aumentado en un 30% (mientras que en el sector privado dicho crecimiento fue de apenas un 3%). Mientras tanto un poder ejecutivo con cada vez menos credibilidad pregona la contención del gasto…
Como si fuera poco, la efectividad de estos órganos es muy baja, pues mientras el resto del gobierno destina entre un 25% y un 30% de su presupuesto en funciones administrativas, estos órganos salarialmente privilegiados gastan hasta un 40% de su presupuesto en dichas funciones. Es decir, se gastan buena parte de sus recursos en salarios, en lugar de dedicarse a lograr los objetivos por los que fueron creados.
Esto mismo se ve reflejado en la baja calificación de eficiencia que estos órganos obtienen en un estudio de la Contraloría. ¿Será que ahí es donde se pagan los favores políticos y se les da trabajo a los pega banderas?
Todos estos órganos descentralizados tienen sus propios departamentos legales, de recursos humanos, financieros y proveeduría, entre otros. Entonces, es cuestión de centralizar todas estas labores dentro del ministerio al que los órganos estén adscritos. El vicio de la duplicidad estatal se puede resolver; es cuestión de Voluntad Política.
El gobierno aún puede reivindicarse. El nuevo Ministro de Hacienda, Edgar Ayales, habla de su interés de revisar los gastos de la gran mayoría del sector público, incluidas las instituciones autónomas y descentralizadas. Él mismo le dijo a La República que tenía “…un gran entusiasmo de ver ministerio por ministerio de qué manera racionalizamos cada institución. Hay una fuente de ahorro que podría ser importante en el manejo eficiente de las finanzas públicas”.
En el Presupuesto  2013, el gobierno tiene la oportunidad de hacer que las palabras de Ayales no se las lleve el viento. Tienen la oportunidad de corregir al menos parte de este despilfarro que se está dando en los órganos desconcentrados adscritos a los ministerios. Esperemos que el gobierno sepa responder a la necesidad país de mejorar las finanzas a través del control de gastos innecesarios y terminar de una vez por todas con el Clientelismo Político.
PATRICIA PÉREZ HEGG
A veces parece que lo que más le hace falta al Gobierno es sentido común. Mencionaba el diario La República (31 de mayo de 2012), la duplicidad de puestos  en el Gobierno tendrá una factura de $717 millones para este año. Si se compara esta cifra (alrededor de  ¢360 mil millones de colones) con el déficit esperado para el presente año 2012, nos encontramos con que la misma representa alrededor del 30% del tan temido déficit.
A veces parece que lo que más le hace falta al Gobierno es sentido común. Mencionaba el diario La República (31 de mayo de 2012), la duplicidad de puestos  en el Gobierno tendrá una factura de $717 millones para este año. Si se compara esta cifra (alrededor de  ¢360 mil millones de colones) con el déficit esperado para el presente año 2012, nos encontramos con que la misma representa alrededor del 30% del tan temido déficit.
El artículo señala además que este tipo de gastos de duplicidad administrativa han crecido en un 60% en los últimos cuatro años, señalando el foco del problema en los Órganos Desconcentrados que se encuentran bajo la tutela de algunos ministerios; en estos órganos, en cuestión de cuatro años los salarios reales han aumentado en un 30% (mientras que en el sector privado dicho crecimiento fue de apenas un 3%). Mientras tanto un poder ejecutivo con cada vez menos credibilidad pregona la contención del gasto…
Como si fuera poco, la efectividad de estos órganos es muy baja, pues mientras el resto del gobierno destina entre un 25% y un 30% de su presupuesto en funciones administrativas, estos órganos salarialmente privilegiados gastan hasta un 40% de su presupuesto en dichas funciones. Es decir, se gastan buena parte de sus recursos en salarios, en lugar de dedicarse a lograr los objetivos por los que fueron creados.
Esto mismo se ve reflejado en la baja calificación de eficiencia que estos órganos obtienen en un estudio de la Contraloría. ¿Será que ahí es donde se pagan los favores políticos y se les da trabajo a los pega banderas?
Todos estos órganos descentralizados tienen sus propios departamentos legales, de recursos humanos, financieros y proveeduría, entre otros. Entonces, es cuestión de centralizar todas estas labores dentro del ministerio al que los órganos estén adscritos. El vicio de la duplicidad estatal se puede resolver; es cuestión de Voluntad Política.
El gobierno aún puede reivindicarse. El nuevo Ministro de Hacienda, Edgar Ayales, habla de su interés de revisar los gastos de la gran mayoría del sector público, incluidas las instituciones autónomas y descentralizadas. Él mismo le dijo a La República que tenía “…un gran entusiasmo de ver ministerio por ministerio de qué manera racionalizamos cada institución. Hay una fuente de ahorro que podría ser importante en el manejo eficiente de las finanzas públicas”.
En el Presupuesto  2013, el gobierno tiene la oportunidad de hacer que las palabras de Ayales no se las lleve el viento. Tienen la oportunidad de corregir al menos parte de este despilfarro que se está dando en los órganos desconcentrados adscritos a los ministerios. Esperemos que el gobierno sepa responder a la necesidad país de mejorar las finanzas a través del control de gastos innecesarios y terminar de una vez por todas con el Clientelismo Político.
PATRICIA PÉREZ HEGG
A veces parece que lo que más le hace falta al Gobierno es sentido común. Mencionaba el diario La República (31 de mayo de 2012), la duplicidad de puestos  en el Gobierno tendrá una factura de $717 millones para este año. Si se compara esta cifra (alrededor de  ¢360 mil millones de colones) con el déficit esperado para el presente año 2012, nos encontramos con que la misma representa alrededor del 30% del tan temido déficit.
La Asamblea Legislativa ha sido generosa con la aprobación de diversos proyectos de ley a favor del sector vivienda. En lo que llevamos del presente periodo constitucional, se ha aprobado el bono diferido de clase media (Expediente 17797, publicado en marzo 2011 como ley 8924), el bono de segunda planta (Expediente 17524, publicado en agosto 2011 como ley 8957), una reforma al INVU (17979, publicado en agosto 2011 como ley 8960) y un proyecto de fortalecimiento del BANHVI (Expediente 17987, publicado en marzo 2012 como ley 9002). Lamentablemente el poder ejecutivo no ha sabido responder con su parte, y se ha mantenido de brazos cruzados.
Con la ley de bono diferido para clase media –promovido por esta diputada– la situación es decepcionante. Esta ley pretende darle acceso al crédito a un grupo de la población de clase media que está en el limbo; un sector que no gana lo suficiente para ser sujetos del crédito bancario pero cuyo nivel de ingreso supera el máximo permitido para buscar un bono de vivienda de los ofrecidos por el Estado. Más de 350 mil hogares podrían verse beneficiados por esta ley. Sin embargo, no se ha entregado un solo bono por culpa de la inoperancia del Ministerio de Vivienda pues éste no termina de entender el instrumento que permite esta ley.
Por culpa de la lenta gestión del Ministerio, más de 350 mil hogares no pueden acceder a su derecho de tener una vivienda digna y propia. No es de extrañar que en el Índice de Gestión Institucional calculado por la Contraloría General de la República, el MIVAH haya sufrido una importante caída en las áreas de planificación y contratación administrativa.
Según la Nación (8-mayo-2012), una encuesta de Unimer para el periódico El Financiero, cerca del 60% de los costarricenses opinan que son “malos tiempo” para adquirir una casa. Sin embargo en estos tiempos adversos, el Ejecutivo no cumple su responsabilidad con los costarricenses. No sólo incumple con sus promesas políticas, sino que tampoco lleva a cabo los objetivos propuestos en el Plan Nacional de Desarrollo. Este plan, para el 2011, proyectaba beneficiar a 2011 familias con la entrega de créditos de vivienda. Sólo se lograron dar 910 créditos, apenas un 45% de la meta establecida. Esto representa además un importante atraso con respecto al año anterior, en el que se entregaron 1909 créditos. Y no es por falta de recursos. Según datos de la Contraloría, el BANHVI cerró el año pasado con un superávit de casi 78 mil millones de colones.
Los resultados negativos en el sector vivienda no son de recibo para esta diputada. Si desde la Asamblea Legislativa los diputados de las distintas bancadas han buscado dar un impulso a las instituciones que abordan el problema de la vivienda en el país, lo mínimo que puede hacer el Ejecutivo es responder a este llamado y hacer la parte que le corresponde en tan importante tarea.
PATRICIA PÉREZ HEGG
La Asamblea Legislativa ha sido generosa con la aprobación de diversos proyectos de ley a favor del sector vivienda. En lo que llevamos del presente periodo constitucional, se ha aprobado el bono diferido de clase media (Expediente 17797, publicado en marzo 2011 como ley 8924), el bono de segunda planta (Expediente 17524, publicado en agosto 2011 como ley 8957), una reforma al INVU (17979, publicado en agosto 2011 como ley 8960) y un proyecto de fortalecimiento del BANHVI (Expediente 17987, publicado en marzo 2012 como ley 9002). Lamentablemente el poder ejecutivo no ha sabido responder con su parte, y se ha mantenido de brazos cruzados.
La Asamblea Legislativa ha sido generosa con la aprobación de diversos proyectos de ley a favor del sector vivienda. En lo que llevamos del presente periodo constitucional, se ha aprobado el bono diferido de clase media (Expediente 17797, publicado en marzo 2011 como ley 8924), el bono de segunda planta (Expediente 17524, publicado en agosto 2011 como ley 8957), una reforma al INVU (17979, publicado en agosto 2011 como ley 8960) y un proyecto de fortalecimiento del BANHVI (Expediente 17987, publicado en marzo 2012 como ley 9002). Lamentablemente el poder ejecutivo no ha sabido responder con su parte, y se ha mantenido de brazos cruzados.
Con la ley de bono diferido para clase media –promovido por esta diputada– la situación es decepcionante. Esta ley pretende darle acceso al crédito a un grupo de la población de clase media que está en el limbo; un sector que no gana lo suficiente para ser sujetos del crédito bancario pero cuyo nivel de ingreso supera el máximo permitido para buscar un bono de vivienda de los ofrecidos por el Estado. Más de 350 mil hogares podrían verse beneficiados por esta ley. Sin embargo, no se ha entregado un solo bono por culpa de la inoperancia del Ministerio de Vivienda pues éste no termina de entender el instrumento que permite esta ley.
Por culpa de la lenta gestión del Ministerio, más de 350 mil hogares no pueden acceder a su derecho de tener una vivienda digna y propia. No es de extrañar que en el Índice de Gestión Institucional calculado por la Contraloría General de la República, el MIVAH haya sufrido una importante caída en las áreas de planificación y contratación administrativa.
Según la Nación (8-mayo-2012), una encuesta de Unimer para el periódico El Financiero, cerca del 60% de los costarricenses opinan que son “malos tiempo” para adquirir una casa. Sin embargo en estos tiempos adversos, el Ejecutivo no cumple su responsabilidad con los costarricenses. No sólo incumple con sus promesas políticas, sino que tampoco lleva a cabo los objetivos propuestos en el Plan Nacional de Desarrollo. Este plan, para el 2011, proyectaba beneficiar a 2011 familias con la entrega de créditos de vivienda. Sólo se lograron dar 910 créditos, apenas un 45% de la meta establecida. Esto representa además un importante atraso con respecto al año anterior, en el que se entregaron 1909 créditos. Y no es por falta de recursos. Según datos de la Contraloría, el BANHVI cerró el año pasado con un superávit de casi 78 mil millones de colones.
Los resultados negativos en el sector vivienda no son de recibo para esta diputada. Si desde la Asamblea Legislativa los diputados de las distintas bancadas han buscado dar un impulso a las instituciones que abordan el problema de la vivienda en el país, lo mínimo que puede hacer el Ejecutivo es responder a este llamado y hacer la parte que le corresponde en tan importante tarea.
PATRICIA PÉREZ HEGG
La Asamblea Legislativa ha sido generosa con la aprobación de diversos proyectos de ley a favor del sector vivienda. En lo que llevamos del presente periodo constitucional, se ha aprobado el bono diferido de clase media (Expediente 17797, publicado en marzo 2011 como ley 8924), el bono de segunda planta (Expediente 17524, publicado en agosto 2011 como ley 8957), una reforma al INVU (17979, publicado en agosto 2011 como ley 8960) y un proyecto de fortalecimiento del BANHVI (Expediente 17987, publicado en marzo 2012 como ley 9002). Lamentablemente el poder ejecutivo no ha sabido responder con su parte, y se ha mantenido de brazos cruzados.
Yo no sé usted, pero yo estoy cansado de tanta corrupción en nuestro país, de tanto robo, de tanto despilfarro, de tanta desvergüenza. La corrupción ha clavado muy hondo sus garras y se ha generalizado, la encontramos en el sector público, en el sector privado, en las pequeñas oficinas administrativas y en las altas esferas del poder. Aparece en forma de mordida, de comisión, de sobreprecio, de asesoría, de consultoría… Para robar dineros públicos, la imaginación no tiene límites.
Pero la corrupción no solo afecta las arcas del Estado, sino también la función de servicio público de nuestras instituciones. Se pone de manifiesto con la ineficiencia laboral, con la incuria de algunos empleados públicos, incapaces de hacer bien su trabajo pero rápidos y efectivos para declarar huelgas y lanzarse a la calle para defender sus abultados privilegios.
Nuestra función pública se ha transformado, ha cambiado de forma y de fines, se ha convertido en un monstruo de mil cabezas, esclerosado, ineficiente, plagado de vicios y de defectos.
Se comprende entonces porqué nuestros asegurados tienen que padecer filas en los hospitales, porqué faltan los medicamentos para tratar el cáncer, porqué se programan citas importantísimas para dentro de algunos años. ¡Cuánto estamos lastimando a los que menos tienen y más necesitan!
Y sin embargo, nada pasa. Los ticos nos hemos acostumbrado a ver huecos en las calles, puentes que se caen, platinas que no se arreglan. Y todo sigue igual. Permanecemos contemplativos ante esa triste realidad, como simples espectadores de una obra con tintes cómicos, que en cualquier momento puede convertirse en tragedia.
Nos hemos acostumbrado a tener un parlamento que da lástima, en lugar de inspirar orgullo y admiración. Nos hemos acostumbrado a que los políticos roben, en lugar de ser dignos e irreprochables. Nos hemos acostumbrado a que la función pública sea ineficiente, en lugar de brindarnos un servicio de calidad. Y así transcurre el tiempo, y nosotros seguimos aceptando estas barbaridades, como si fueran irremediables, inmutables, impuestas por el destino.
Yo no sé usted, pero yo estoy cansado de todo esto. No estoy dispuesto a resignarme y a aceptar que unos pocos lleven este bello país al despeñadero. Sé que no soy el único, sé que somos muchos los costarricenses que queremos un país mejor, más justo, más equitativo, más solidario.
Es momento de levantar la conciencia ciudadana, de organizarnos, de hacernos sentir, de exigir un cambio, de decir alto y fuerte: ¡Basta ya!
Rodolfo Brenes Vargas
Yo no sé usted, pero yo estoy cansado de tanta corrupción en nuestro país, de tanto robo, de tanto despilfarro, de tanta desvergüenza. La corrupción ha clavado muy hondo sus garras y se ha generalizado, la encontramos en el sector público, en el sector privado, en las pequeñas oficinas administrativas y en las altas esferas del poder. Aparece en forma de mordida, de comisión, de sobreprecio, de asesoría, de consultoría… Para robar dineros públicos, la imaginación no tiene límites.