Hace pocas semanas, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, por un escaso margen de tres votos, otorgó al presidente George Bush mayores libertades al negociar tratados bilaterales de comercio. Esa ley entró en vigencia al ser firmada anteayer martes por el presidente. Ahora, el congreso estadounidense no podrá discutir los contenidos de esos tratados, sino que solo podrá aprobarlos o rechazarlos en paquete. Esta autorización, llamada “Fast Track” había sido retirada al presidente Clinton hace ocho años, y hasta ahora se vuelve a conceder. Para Costa Rica, esto significa más seguridad para vender bienes y servicios libres de cargas tributarias, a los Estados Unidos. Además, se abren las puestas para que el Tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Centroamérica sea una realidad. Como los Estados unidos es nuestro principal socio comercial, un tratado de libre comercio es bienvenido por las autoridades de gobierno. También el fast track podría avanzar en la negociación del Área de Libre Comercio de las Américas lo que no solo es un beneficio para el país, sino para toda el área. Franco Arturo Pacheco, dirigente empresarial, nos amplía: “yo creo que para América latina, para el continente en general es una buena noticia porque no hay duda que el buscar una relación a más largo plazo con nuestro principal socio comercial, con nuestra principal fuente de inversión solo puede significar buena noticias hacia el futuro de nuestro país”. Dentro de la Autorización dada a Bush para promover el comercio se incluye la renovación de la ley de preferencias comerciales andinas. Las cuales permiten la entrada sin aranceles a una amplia gama de productos de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, a cambio de cooperación en la lucha contra el narcotráfico Desafortunadamente, se exige que toda la ropa importada a Estados Unidos sea confeccionada con telas de ese país. Por lo que las maquilas y textileras no se verán beneficiadas con esta iniciativa. Sin embargo, la aprobación del fast track podría ayudar a que otros productos producidos en el país, ingresen con mayores ventajas al mercado norteamericano. Y mientras tanto, continúan las negociaciones para que el TLC sea una realidad.