El dengue sigue preocupando a las autoridades nacionales de salud.
Brotes de esta enfermedad en varias provincias, han dado la voz de alerta para que nuevamente sintamos el temor de una epidemia de dengue.
Esta vez, a diferencia del año pasado, la alarma dice que la enfermedad llegó a la capital, donde se concentra el sesenta por ciento de la población.
El dengue es una infección transmitida por el mosquito Aedes aegypti, y en años recientes se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de la salud pública nacional e internacional.
Una complicación aún más letal, la fiebre hemorrágica del dengue, fue por primera vez reconocida durante los años cincuenta, y actualmente es la causa principal de muerte en niños en muchos países.
La fiebre del dengue es una enfermedad severa, similar a la gripe, que afecta a los bebes, a los niños y a los adultos.
Las características clínicas de la fiebre del dengue varían de acuerdo a la edad del paciente.
Los bebes y los niños pueden tener una manifestación de fiebre similar al salpullido.
Los niños mayores y los adultos pueden tener un leve síntomas de fiebre o la clásica enfermedad debilitante repentina con fiebre alta, dolor de cabeza severo, dolor detrás de los ojos, dolores en músculos y coyunturas, y salpullido.
La fiebre hemorrágica del dengue es una complicación potencialmente mortal que se caracteriza por temperatura alta, hemorragias internas, a menudo con inflamación del hígado, y en otros casos, severos problemas circulatorios.
La enfermedad por lo general comienza con una repentina temperatura alta, acompañada por bochornos y otros síntomas no específicos.
Para prevenir una nueva epidemia de dengue se deben eliminar las aguas estancadas, donde se reproduce el mosquito Aedes aegypti, portador de la enfermedad.
Y por supuesto, a cualquier persona que presente síntomas como los que mencionamos, se la debe trasladar sin demora al centro hospitalario más cercano.
Pero la eliminación de los criadores del mosquito es la mejor manera de prevenir el dengue hemorrágico.