Caminaba un día con mi padre por el campo, cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio, me preguntó:
¿Además del cantar de los pájaros, escuchas alguna cosa más?
Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí: Estoy escuchando el ruido de una carreta.
Eso es. Es una carreta vacía.
Papá, ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, sí aún no la vemos?
Ah! Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, con solo escuchar bien el ruido que hace.
Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.
al rato pasó la carreta y... efectivamente, venía vacía.
Hace años que mi niñez quedó atrás, pero esa escena nunca se ha borrado de mi mente.
Hoy, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo las conversaciones de otras personas, importunando, diciendo groserías, presumiendo de lo que tiene o
de lo que no tiene, comportándose de manera prepotente con la gente sencilla, y abusando de su poder, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía va la carreta, mayor es el ruido que hace"
La humildad consiste en no tratar de ocultar nuestras debilidades, y en callar nuestras virtudes y permitir que los demás las descubran.
Recuerda que hay personas tan pobres que lo único que tienen es dinero.
Y nadie está más vacío que aquel que está lleno de egoísmo, porque quien se quiere sólo a sí mismo, es capaz de enamorarse de algo muy pequeño.