Año a año, el agricultor costarricense pasa cada vez más aprietos para poder subsistir. El pequeño productor agrario, la clase social que edificó esta sociedad, y que nos hizo diferentes de nuestros vecinos, parece ser una especie condenada a la extinción. Recordemos que cerca del ochenta y cinco por ciento de los costarricenses son de origen rural, y gran parte de ella tiene como fuente de ingresos la actividad agrícola. La fuerte competencia internacional, el clima, Los caprichosos precios del mercado internacional Los evidentes subsidios de los países desarrollados a sus productores agrarios, Y el continuo desinterés de nuestros propios gobiernos, Son factores que se han confabulado para hacer cada vez más difícil, la situación del agricultor costarricense. Arroceros reclamando por la importación arrocera Cafetaleros y bananeros preocupados por la baja en los precios internacionales, Y ahora, los frijoleros están cruzando los dedos para que se apruebe un proyecto de ley que los proteja ante su grave situación. Así lo afirman Jorge Chávez y Álvaro Castillo, de la Cámara Nacional de Industriales del Grano, quienes consideran fundamental que el estado garantice al frijolero que su cosecha será comprada. La diputada María Elena Núñez, miembro de la comisión de asuntos agropecuarios, afirma que esta situación ya se ha convertido en una crisis. “esto crece y crece el problema se esta volviendo una bomba de tiempo, lo que estamos pegando son parches y costa rica esta en una situación de crisis en el sector agropecuario, sin una solución y una salida que diga, bueno ya vamos hacia algo”. La diputada solicitó declarar en emergencia toda la actividad agrícola, debido, según ella a “la falta de definición de los últimos gobiernos en lo que a política agropecuaria se refiere". La situación es delicada, los sectores en conflicto han tratado de establecer un diálogo, pero hasta este momento, pende sobre los frijoleros una sombra similar a la que ha amenazado a diversos sectores del agro.