con un capital de libras 800.000, con objeto de finalizar la construcción que faltaba, y terminada ésta, administrar la empresa por un período de 99 años. El tramo que faltaba era desde Cartago hasta el Reventazón, que se terminó en 1890. Se buscaron muchas rutas por problemas geográficos y se abandonó la idea de cruzar la cordillera entre los volcanes Barba e Irazú.