De ello derivaron la producción de banano, las explotaciones mineras en Guanacaste, el desarrollo de la electricidad y la industria, el impulso a las actividades bancarias, caminos y desarrollo de ciudades y pueblos, así como procesos migratorios masivos, y el surgimiento de luchas sociales. Un día como hoy, 21 de abril de 1884, se aprueba el Contrato Soto-Keith, que es el marco jurídico que permite el impulso de algunas de estas actividades.
La segunda mitad del siglo XIX experimentó en el país el mayor desarrollo de obras de infraestructura y un gran dinamismo de la economía nacional. Ya insertados en el mercado europeo por las exportaciones de café, siguió la construcción del ferrocarril al Atlántico, para aligerar estas exportaciones.