La Iglesia católica desempeñó en mucho este papel educador por medio de la enseñanza de la doctrina cristiana, que se basaba en la cartilla, el catón y el catecismo, la gramática y la aritmética, además de enseñar a leer y escribir. Con el impacto de la Revolución Francesa en España, y de las Cortes de Cádiz la enseñanza se fortaleció en políticas municipales que impulsaron escuelas. Así se surgió la Casa de enseñanza de Santo Tomas en 1814, al amparo de la Factoría de Tabacos donde funcionó. Un día como hoy, 10 de diciembre de 1824, en el gobierno del educador Juan Mora Fernández, esta Casa de enseñanza adquirió carácter público.
Durante el período colonial costarricense no hubo una práctica educativa institucionalmente asumida por el Estado, o por las autoridades coloniales.