Según María Ester Flores Sandoval, Para lograr este cambio es necesario empezar por comprender qué nos ha llevado a ciertas circunstancias o porqué actuamos de una u otra forma.
Por ejemplo si alguien lo ha ofendido en algún momento, es bueno analizar si lo está recordando con rabia o malestar. Quedándose así lo largo del día o hasta por varias semanas. Y luego ponerse la mano en el corazón para ver cómo está afectando la ira en el trabajo, la familia y a sí mismo.
Una vez que se tienen claros dichos sentimientos hay que rescatar esa fuerza humana que tenernos para la supervivencia física y psicológica. Contamos con ese poder superior. Es una energía interna la cual permite controlar y dirigir lo malo que llevamos dentro y cambiarlo por un estado de éxito, energía vibrante, y bienestar.
Con esa energía se van a hacer los cambios de ánimo de la siguiente manera. Cada vez que llegue un pensamiento o recuerdo negativo que quiera aplastar el ánimo, hay que traer de inmediato a la mente otro recuerdo más grande pero positivo.
Algo que sea verdaderamente lindo. Lleno de felicidad. Ojalá ponerle colores y hasta sonidos agradables, como cuando se logró una gran meta que parecía imposible y finalmente se obtuvo. Dejarse la imagen por varios minutos con los ojos cerrados y disfrutar ese mágico momento. De tal manera que los sentimientos positivos van a competir con los negativos.
María Ester dice que, en la contienda mental, la idea es hacerle porras al positivo, como si estuviera frente a un partido de fútbol dándole ánimo a su equipo. En lugar de banderas y gritos en un estadio, se ponen en práctica preguntas tales como ¿qué me sirve más enojarme o sonreír? ¿Pelear o respirar calma? ¿Sentirme ofendido o amarme a mí mismo?
Recordemos que siempre podremos tomar el control y mandar señales debidas a nuestro cerebro, tanto de una forma visual, auditiva como de movimiento hacia lo que deseamos, produciendo resultados positivos en la vida.
A María Ester Flores la contacta al teléfono: 2283 12 93, 2283 12 93
Hoy queremos comentar con usted que nuestras creencias, actitudes y valores, así como las experiencias pasadas afectan en gran medida el comportamiento del presente. Muchas veces actuamos mal o andamos con el ánimo caído deseando que pase rápido un mal momento.
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