El consejo respetuoso en esta época donde el consumismo se alborota, ante la presencia de ese objeto soñado, del viaje anhelado, del artículo que se le coloca al frente ¡deténgase! pregúntese si realmente lo necesita, tómese un espacio para responder y recuerde, si no lo ocupa y puede vivir sin él, despístese por otro lado.
Las compras emocionales son el veneno de lasfinanzas en miles de hogares, en una institución pública que conozco, al menos 2.500 funcionarios no reciben un cinco de salario, sobreviven en la zozobra, asfixiados por tarjetas de crédito que asumen como si fueran de débito y al momento de hacer efectivo el pago vienen los lamentos.
Compartir en esta época es un sentimiento hermoso, evitemos hacerlo a costa de lo que no tenemos, hay manifestaciones de cariño invaluables, su costo es prácticamente nulo y el resultado sorprendente, una visita al amigo que recordamos de infancia cuyo encuentro hemos pospuesto, ir a un hospital donde percibiremos la fragilidad humana, la cárcel donde terminan muchos que buscaron resolver sus penurias económicas por la vía aparentemente fácil del robo, la estafa o el narcotráfico.
Piense un instante si eso que hoy le compra a sus hijos en pocos días terminará tirado convertido en un chunche más, un poco de plástico o lata que vino de muy lejos para finalizar sus días como un criadero de dengue con el agua empozada de cara al cielo.
Si no lo necesita es caro ¡Piénselo¡ El Cristo niño vino a predicar la humildad, nació en un sencillo pesebre, no perdamos de vista su legado.