Conmemorar nuestra Independencia es, básicamente, el ejercicio de la capacidad de rememorar los momentos más significativos del pasado de nuestra sociedad, mediante el cultivo de la memoria y por la conciencia de la fuerza de los aciertos y los errores pasados.
Conmemorar el Mes de la Patria es transmitirles a las futuras generaciones, y al pueblo en general, una memoria común de fidelidad, orgullo y herencia por los principios de la libertad, justicia y soberanía que hagan de nuestra Patria una Nación más humanista y generosa.
Conmemorar nuestra vida independiente, desde nuestro presente, es reflexionar sobre el valor de la autodeterminación, el peligro de las luchas por intereses personalistas y la importancia de contar con un orden jurídico-social razonable y estable sobre el que se sustente el progreso de la Nación.
Pues aunque en la actualidad Costa Rica está enfrentando, indudablemente, duros desafíos, al conmemorar nuestra independencia debemos hacer conciencia de que, ante las situaciones difíciles, hay que luchar con más unidad y fuerza para continuar siendo firmes e independientes en la sana construcción de nuestra Patria.
La intolerancia contra algunos hermanos extranjeros, la mortal violencia vivida en calles y hogares, una corrupción que ha minado los principios éticos de nuestra sociedad, una burocracia que ha aprisionado la función pública, o las injusticias sufridas por aquellas personas que se hallan sumidas en la pobreza, son tan sólo unas de las muchas cadenas que atan a Costa Rica a una realidad ciertamente problemática.
Por lo tanto, si queremos que nuestra Patria sea efectivamente democrática, pacífica y libre, debemos transformar este Mes de la Patria en un sentimiento por la verdadera democracia, la libertad, el respeto a los derechos humanos y una vida digna con paz y justicia para todos los costarricenses, la cual vaya más allá de una etapa cronológica, para convertirse en una permanente celebración grabada en la historia de Costa Rica y en la toma de conciencia y acciones de sus hijas e hijos.
Ante esta perspectiva, comprometámonos, pues, a conmemorar esta vida independiente por el enaltecimiento de nuestra Nación. Porque ciertamente nuestra Patria ha sido forjada para que sus habitantes puedan espiritualizarse en ella, pero no será podrá ser efectivamente glorificada si entre todos no la hacemos servir efectivamente a la justicia y al bien común de la humanidad. Tal era el pensamiento del gran maestro del patriotismo San Agustín cuando manifestaba que “vivir para la Patria y engendrar hijos para ella es un deber de virtud”.
Entonces que este Mes de la Patria sirva para que cada ciudadano reflexione si realmente sabe responder a ese compromiso que implica el ser independientes, pues solamente podemos sentirnos orgullosos de decir que Costa Rica progresa en democracia, libertad y paz, en sus 191 años de vida independiente, cuando cada uno de nosotros, en el presente y en el futuro, seamos partícipes activos de los constantes procesos de reconstrucción y engrandecimiento de nuestra Patria.
Comentario de Carlos Díaz Chavarría