Martes, 27 Diciembre 2011 20:36

UNA RICA TERTULIA

Hace unos días tuvimos una linda tertulia en el Colegio de Periodistas, teniendo como invitados especiales a don Álvar Antillón, ex director de Política Exterior y a su esposa, doña Flora Muñoz, periodista, una de las primeras profesionales graduadas en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Costa Rica.
La riqueza cultural y la basta experiencia política de don Álvar, unidas a su facilidad de palabra y fino humor, hacen de él un contertulio de lujo, y de verdad que las y los colegas que participamos de aquel convivio, acompañado de café y tamales, disfrutamos una tarde-noche memorable.
El encuentro debe haberse extendido unas tres horas y nos permitió viajar por la realidad nacional y mundial de las décadas meridianas del siglo pasado, tiempo en el que don Álvar se formó y empezó su carrera de servicio en nuestra Cancillería, a la vez que algunos de los colegas allí presentes también daban los primeros pasos en el periodismo.
Como se comprenderá, los temas fueron y vinieron en bocas de los presentes, a veces con ese grado de desorden que aviva y hace más rica una tertulia.
De mis apuntes rescato y comparto con ustedes algunos. La segunda guerra mundial y sus ecos en nuestro país fue un asunto del que se habló bastante. Yo sabía que Costa Rica tuvo su importancia estratégica en los planes estadounidenses de sumarse activamente a la contienda de los aliados contra el eje, sobre todo por nuestra cercanía con el canal de Panamá. Pero no sabía de la reunión Roosevelt-Calderón, de los compromisos que los dos países adquirieron allí y de las consecuencias posteriores de aquel acuerdo en la vida nacional.
En el campo de la cultura fue interesante saber que don Álvar es sobrino nieto de Melico Salazar.  Nos contó de la vez que, a sus seis años, fue a recibir a su tío abuelo al que entonces era nuestro aeropuerto internacional, en Lindora, Santa Ana; y de allí derivó un largo capítulo acerca de los aeropuertos, lo que nos permitió conocer entre otras cosas, como el gobierno estadounidense ofreció a don Otilio Ulate la construcción del aeropuerto El Coco, ofrecimiento que nuestro mandatario declinó amablemente prefiriendo que se construyera echando mano de nuestras escuálidas reservas … y así se hizo.
Pero volvimos a la cultura, al éxito internacional de Melico Salazar que lo llevó incluso a suplir al gran Caruzo en un concierto al que éste no pudo asistir por enfermedad. Y a sus presentaciones en el Teatro Nacional junto a Lola Castegnaro, Ofelia Quirós y Ligia Castro de Armijo (soprano que fue contratada en Hollywood para que hiciera la voz de Blancanieves. En aquellos años se vivía un gran auge del gusto por las artes y mucha gente asistía al Teatro Nacional. Para garantizar la apertura democrática del Teatro y a la vez mantener su nivel, en el vestíbulo se les facilitaban sacos y corbatas a quienes no podían llevarlos.
¿Anécdotas? Muchas, muy buenas, pero ya no quedó espacio.
Hace unos días tuvimos una linda tertulia en el Colegio de Periodistas, teniendo como invitados especiales a don Álvar Antillón, ex director de Política Exterior y a su esposa, doña Flora Muñoz, periodista, una de las primeras profesionales graduadas en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Costa Rica.
La riqueza cultural y la basta experiencia política de don Álvar, unidas a su facilidad de palabra y fino humor, hacen de él un contertulio de lujo, y de verdad que las y los colegas que participamos de aquel convivio, acompañado de café y tamales, disfrutamos una tarde-noche memorable.
El encuentro debe haberse extendido unas tres horas y nos permitió viajar por la realidad nacional y mundial de las décadas meridianas del siglo pasado, tiempo en el que don Álvar se formó y empezó su carrera de servicio en nuestra Cancillería, a la vez que algunos de los colegas allí presentes también daban los primeros pasos en el periodismo.
Como se comprenderá, los temas fueron y vinieron en bocas de los presentes, a veces con ese grado de desorden que aviva y hace más rica una tertulia.
De mis apuntes rescato y comparto con ustedes algunos. La segunda guerra mundial y sus ecos en nuestro país fue un asunto del que se habló bastante. Yo sabía que Costa Rica tuvo su importancia estratégica en los planes estadounidenses de sumarse activamente a la contienda de los aliados contra el eje, sobre todo por nuestra cercanía con el canal de Panamá. Pero no sabía de la reunión Roosevelt-Calderón, de los compromisos que los dos países adquirieron allí y de las consecuencias posteriores de aquel acuerdo en la vida nacional.
En el campo de la cultura fue interesante saber que don Álvar es sobrino nieto de Melico Salazar.  Nos contó de la vez que, a sus seis años, fue a recibir a su tío abuelo al que entonces era nuestro aeropuerto internacional, en Lindora, Santa Ana; y de allí derivó un largo capítulo acerca de los aeropuertos, lo que nos permitió conocer entre otras cosas, como el gobierno estadounidense ofreció a don Otilio Ulate la construcción del aeropuerto El Coco, ofrecimiento que nuestro mandatario declinó amablemente prefiriendo que se construyera echando mano de nuestras escuálidas reservas … y así se hizo.
Pero volvimos a la cultura, al éxito internacional de Melico Salazar que lo llevó incluso a suplir al gran Caruzo en un concierto al que éste no pudo asistir por enfermedad. Y a sus presentaciones en el Teatro Nacional junto a Lola Castegnaro, Ofelia Quirós y Ligia Castro de Armijo (soprano que fue contratada en Hollywood para que hiciera la voz de Blancanieves. En aquellos años se vivía un gran auge del gusto por las artes y mucha gente asistía al Teatro Nacional. Para garantizar la apertura democrática del Teatro y a la vez mantener su nivel, en el vestíbulo se les facilitaban sacos y corbatas a quienes no podían llevarlos.
¿Anécdotas? Muchas, muy buenas, pero ya no quedó espacio.