Pero ahora, como Presidente Electo, lo procedente sería que él se refiriera, específicamente, a cuáles son esas leyes o normas específicas, que ya le permitirían realizar una gestión "de lujo" para resolver los problemas de Costa Rica y hacerlo con los multimillonarios recursos presupuestarios con que el país sí cuenta,
Respetuosamente creo que es preciso y muy oportuno que don Luis Guillermo diga al país qué uso hará, por ejemplo, del artículo 140 incisos 3 y 8 de la Constitución, así como, del régimen de dirección en la Ley General de la Administración Pública, que le permiten imprimirle una visión y capacidad de ejecución "de reloj" a todas las instituciones públicas, que hoy operan casi que a manga por hombro y de la extraordinaria Ley de Planificación de 1974.
Igual haría creando nuevos consejos de ministros rectores sociales y económicos bajo coordinación de cada uno de los vicepresidentes; la activación clara y vigorosa de los grupos de instituciones en cada sector bajo el mando político de un ministro y cómo estos responderán ante el pueblo y la misma Asamblea Legislativa. Así como formalizar mecanismos consultivos a los diferentes actores y grupos del conglomerado social.
El perenne decir del doctor Johnny Meoño y de varios que pensamos igual, es que desde la cúspide del Gabinete, jurídicamente, es viable tener un gobierno de Primer Mundo. Pero es preciso que don Luis Guillermo tenga claras esas normas y los mecanismos e instrumentos de ellas desprendidos, para darle a su Gobierno ese esencial toque "de lujo”, que convenza al pueblo que lo eligió y al que no votó por él, de que su elección fue un acierto.
No se requieren nuevas leyes, para darle un vuelco a la forma aleatoria e improvisada en que se gobierna en este país, comenzando por el error de nombrar a presidentes ejecutivos como ministros sin Cartera, o confundiendo competencias de un ministro sectorial pertinente o actividades e instituciones de un ramo, asignándolas a otro que "nada que ver".
Creo que si el Presidente Electo procede de acuerdo con la Constitución misma, y aplica unas cuantas leyes mayores de manera diferente, plena e integral, ya que ningún gobierno las ha ejercitado así; si don Luis Guillermo tiene claras estas leyes, o se preocupa por tenerlas claras, y las convierte en su partitura como gobernante; el país podrá estar tranquilo que, desde las primeras decisiones del 8 de mayo, se estará frente a una "gestión de lujo". Es decir, un gobierno que hará esa diferencia sustancial por la que el pueblo votó y anhela.
Una gestión de lujo no está para nada alejada de aquélla a la que el pueblo tiene derecho de esperar, pero también de exigir. El Presidente de Costa Rica fundamentalmente tiene que gobernar y administrar apoyado en la Constitución y unas cuantas leyes fundamentales sobre dirección y planificación gubernativas, tal como el ex profesor de la UCR, el doctor Johnny Meoño Segura ha insistido, por décadas. Incluso, entiendo que en algún debate, don Luis Guillermo se refirió a lo acertado del decir del profesor Meoño con respecto a que el país dispone ya de las leyes necesarias para ejercitar una conducción del Ejecutivo de Primer Mundo.
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