También debe tener un papel decisivo en la buena marcha de los servicios que presta la municipalidad en el cumplimiento de los planes locales; en el suministro de los servicios con criterio de economía y calidad y en la solución de los problemas comunitarios.
Sin embargo, para que esto sea posible, el alcalde o la alcaldesa deben desarrollar su trabajo buscando consensos y velando por una gestión transparente, abierta y democrática; escuchar responsablemente a sus electores; atender sus requerimientos con equidad; respetar sus opiniones e incorporar a los sectores involucrados en la toma de decisiones en los temas que los afectan.
Para ello el alcalde debe defender los principios y valores democráticos, especialmente los derechos de los ciudadanos y los intereses de la comunidad; buscar la excelencia en su gestión; contar con las ideas y los funcionarios idóneos; ejercer el liderazgo para la negociación y promover la cultura cívica de la ciudadanía.
Se trata, sencillamente, de reconocer que la función básica del gobierno municipal es servir a los mejores intereses de la gente con la gente. Por ello el ciudadano, desde el momento en que el candidato a alcalde decide postularse, debe evaluar lo que este presenta como programa de acción con el fin de que suelección y gestión sea más democrática.
En este sentido, los ciudadanos deben exigir que los alcaldes verdaderamente fortalezcan los derechos y deberes de la comunidad; promuevan la excelencia en los servicios públicos; contribuyan a proteger la seguridad de las personas y de los bienes; fomenten el desarrollo de la economía; se comprometan a la consolidación de programas sociales efectivos y, especialmente, administren con transparencia.
Ojalá que en nuestras próximas elecciones municipales cada ciudadano se comprometa a expresarun voto responsable y consciente, haga valer sus derechos y exija cuentas a sus representantes; pero, además, que cada aspirante a alcalde represente, efectivamente, los intereses y derechos de la comunidad a la que servirá mediante el compromiso de ejercer una gestión eficiente y de acuerdo con los más sagrados valores democráticos.