Un año después, notábamos con preocupación la falta de rumbo del gobierno que motivó al 80% de la ciudadanía a considerar al gobierno como con una nota de gestión negativa. Entre ellos, la mayoría de ciudadanos que emitieron el voto por el Partido Acción Ciudadana.
El gobierno decidió cambiar de táctica y asumió lo que era un secreto a voces, que el gobierno es un aliado ideológico del Frente Amplio y que ambas organizaciones, ante la incapacidad política y de gestión del presidente, han decidido sacar la cara y anunciar el pacto del FAC, el pacto que une al Frente Amplio y al PAC en una sola línea ideológica.
Esto no es ni malo ni bueno, es lo correcto para la transparencia. Ya lo habían hecho en mayo del 2014 cuando votaron juntos al nuevo directorio legislativo.
Como dijimos lo bueno de esto es que transparentan su acuerdo, lo malo es que muchos votaron para evitar el ascenso del Frente Amplio al poder y hoy son burlados por la realidad política. Lo más preocupante de esta alianza son sus objetivos; objetivos cargados de un componente indiscutiblemente ideológico. Por ejemplo: la llamada soberanía alimentaria que persigue afectar los acuerdos internacionales y evitar la participación del país en la Alianza Pacifico. Aquí entenderíamos que se promueva la agenda de competitividad comprometida con los sectores más afectados, pero no cerrar el país a un mecanismo de apertura importante como ese. Tampoco podemos ver con buenos ojos la promoción del el proyecto de la ley del recurso hídrico con los graves problemas que atrae a la inversión y a la seguridad jurídica o el impedir que las cooperativas u otros grupos de gestión social pueden ampliar su participación en la cogeneración eléctrica con el fin de disminuir el costo de la electricidad. Así van de a poquito; después vendrá un impuesto al capital, el levantamiento del veto al Procesal Laboral, evitar leyes de empleo público y mantener las gollerías de algunos sindicatos a través de sus convenciones colectivas, entre otras cosas.
Una alianza entre un gobierno que pertenece a un partido político sin estructura y sin bases territoriales y un partido que acumula un sector del sindicalismo, acostumbrado a luchar por más y más beneficios para su gremio, sin importar las finanzas del Estado, solo puede demarcar un destino que a los costarricenses nos basta con leer en los medios venezolanos. Por eso nos preguntamos ¿quién gobierna en Costa Rica? Por primera vez,el Frente Amplio impone su agenda y por tanto su mano es la que se ve en la marcha de la actual Administración.

Julio Rojas Astorga
Diputado Partido Liberación Nacional