Viernes, 13 Mayo 2011 06:00

¡QUE VIVAN LOS ÁRBOLES!

Posiblemente fue aquí en Panorama una de las primeras tribunas donde se alzó la voz para transformar el Parque Metropolitano La Sabana,  de un desierto verde, a un santuario de flora y fauna y por fin ¡llegó la hora!
La empresa privada, entes públicos y esa medalla de lujo denominada Instituto Nacional de Biodiversidad, conocida como el INBIO, se dieron la mano y ya arrancó este hermosísimo proyecto:
Las primeras lluvias nutrirán a los higuitos, el dama, el roble de sabana, el cortéz amarillo, el poró, jorco y las 65 nuevas especies de árboles que sustituirán a las pocas variedades que pueblan el día de hoy este espacio lúdico.
Con el tiempo habrá flores, frutos, aromas, colores y llegarán aves, mariposas, ardillas, especies que migran de uno al otro lado del continente se posarán en La Sabana, para solaz y éxtasis de los visitantes, quienes volverán a escuchar al jilguero, al yiguirro, al rualdo y hasta se sorprenderán con alguna orquídea con los mágicos colores que algún día elogió el salmista.
Pocas noticias tan gratas como la del surgimiento de la nueva Sabana, ningún liderazgo tan creíble y confiable en la materia como del Inbio, cuyo botón de muestra es el Inbioparque en Santo Domingo de Heredia, donde en poco terreno, se sumerge uno en un mundo que describe la Costa Rica de la que gozaron nuestros ancestros.
¡Anímese amigo oyente! La Asociación Costarricense de Embellecimiento de Carreteras, ASECAN,  tiene un vivero, justo frente a la entrada del Aeropuerto Tobías Bolaños en Pavas, ahí se consiguen a inmejorables precios árboles y plantas.
¡Vivan los árboles! Ahora con el advenimiento de las primeras lluvias hagámonos padres de uno de ellos, será un hijo que devolverá con creces, el simple hecho de hincarnos, para incubarlo en el vientre de la madre tierra.
Posiblemente fue aquí en Panorama una de las primeras tribunas donde se alzó la voz para transformar el Parque Metropolitano La Sabana,  de un desierto verde, a un santuario de flora y fauna y por fin ¡llegó la hora!
La empresa privada, entes públicos y esa medalla de lujo denominada Instituto Nacional de Biodiversidad, conocida como el INBIO, se dieron la mano y ya arrancó este hermosísimo proyecto:
Las primeras lluvias nutrirán a los higuitos, el dama, el roble de sabana, el cortéz amarillo, el poró, jorco y las 65 nuevas especies de árboles que sustituirán a las pocas variedades que pueblan el día de hoy este espacio lúdico.
Con el tiempo habrá flores, frutos, aromas, colores y llegarán aves, mariposas, ardillas, especies que migran de uno al otro lado del continente se posarán en La Sabana, para solaz y éxtasis de los visitantes, quienes volverán a escuchar al jilguero, al yiguirro, al rualdo y hasta se sorprenderán con alguna orquídea con los mágicos colores que algún día elogió el salmista.
Pocas noticias tan gratas como la del surgimiento de la nueva Sabana, ningún liderazgo tan creíble y confiable en la materia como del Inbio, cuyo botón de muestra es el Inbioparque en Santo Domingo de Heredia, donde en poco terreno, se sumerge uno en un mundo que describe la Costa Rica de la que gozaron nuestros ancestros.
¡Anímese amigo oyente! La Asociación Costarricense de Embellecimiento de Carreteras, ASECAN,  tiene un vivero, justo frente a la entrada del Aeropuerto Tobías Bolaños en Pavas, ahí se consiguen a inmejorables precios árboles y plantas.
¡Vivan los árboles! Ahora con el advenimiento de las primeras lluvias hagámonos padres de uno de ellos, será un hijo que devolverá con creces, el simple hecho de hincarnos, para incubarlo en el vientre de la madre tierra.