No quemó sus naves, ya que estando a punto de morir, llegó el capitán de corbeta Charles Davis con el barco de guerra estadounidense St. Mary para tenderle puente de plata.
El filibustero, como buen creyente del "destino manifiesto", no quería rendirse ante razas inferiores (nosotros) y, autorizado por el general José Joaquín Mora, quien en un acto más de estrategia política que militar, le permitió rendirse y entregar su espada ante su coterráneo capitán Charles Davis.
Los costarricenses celebramos con orgullo y razón nuestro triunfo en la batalla de Rivas y todos los 11 de abril nos lanzamos a la calle llenos de fervor cívico con desfiles y discursos y no analizamos que es más importante ganar la guerra que ganar una batalla.
Seamos conscientes que esta fecha, la rendición de William Walker, con la que culmina la gloriosa Campaña Nacional de 1856 – 1857, es la fecha más significativa de nuestro calendario, es el día de nuestra verdadera independencia y debería tener más fulgor que el resto de nuestras celebraciones patrias.
No olvidemos nunca que en ese primero de mayo fue la victoria más meritoria de nuestra historia, tengamos siempre presente que en esta fecha se afincaron las pautas para el espíritu costarricense y se arraigó nuestra nacionalidad.
El Congreso de entonces, emitió la ley Nº 18 del 26 de octubre de 1857, en la cual se concedían honores y premios a los “jefes militares” y remuneraciones a los jefes, oficiales y soldados que más se hubiesen distinguido.
Gran trascendencia tienen los artículos 7 y 8, que rezan así: “Art. 7º: El supremo Gobierno hará colocar en el centro de la fuente pública que la Municipalidad de San José va a establecer en la plaza mayor de la capital (actual Parque Central), un monumento que eternice la memoria de los triunfos de Santa Rosa, Rivas y San Juan”.
”Art. 8º: En recuerdo del triunfo completo de las armas de Centro América y de la rendición y expulsión de las fuerzas filibusteras, el día 1º de mayo será feriado y se celebrará en toda la república con la solemnidad posible, saludándose el pabellón en la aurora de dicho día, con veintiún cañonazos”.
Comentario de Eduardo Nassar Barahona, de la Tertulia del 56.
Nuestro pésimo conocimiento histórico nos ha hecho creer que el primero de mayo lo celebramos para festejar el día del trabajador y esto no es del todo cierto.
Por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, el primero de mayo será una jornada de homenaje a los Mártires de Chicago de 1886 y esto se mantiene en muchos países.
Pero en Costa Rica nuestro Libertador el Capitán General Don Juan Rafael Mora Porras estableció esta fecha como feriado por Decreto N° 35 del 27 de octubre de 1857, 29 años antes de los eventos de Chicago. Así, cada primero de mayo celebramos el aniversario de la rendición del Filibustero William Walker, quién intentó colonizar y esclavizar a Centroamérica en la guerra de 1856-1857.
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