La novedad de esta Semana Santa es el estreno que la Iglesia tiene de un nuevo líder: Francisco, como primicia, nos regaló un estilo sencillo, cercano, una sonrisa cálida y un rompimiento protocolario sin precedentes desde Juan Pablo II antes de 1981.
El hecho de que el Papa Francisco sea de estas tierras benditas, nos hace sentir una cercanía mayor y abre las esperanzas de que la Iglesia camine en adelante por el mismo sendero en términos doctrinales y de preceptos básicos, pero con un refrescamiento en el liderazgo y en las formas.
Llama la atención escuchar a tanta gente especular sobre los retos del pontífice y sobre los cambios que éste debe implementar. ¿y nosotros? ¿Qué cambios deberíamos ejecutar en nuestras vidas? Qué fácil resulta sugerir y hasta exigir cambios que satisfagan nuestros egos y caprichos.
Pero, ¿Cuál será en adelante, el aporte que haré en mi Iglesia para que esta sea mejor? ¿Qué voy a cambiar yo para que el grupo espiritual al que pertenezco crezca y proyecte a un Dios amoroso y solidario? ¿Qué sacrificios pienso yo hacer para lograr que mi Iglesia o grupo llegue a más personas y sea más coherente?
Las primicias del nuevo Papa nos han dado muestras de cambio de estilo, pero no tenemos por qué esperar cambios drásticos en la sustancia, pues esta no cambiará ni tiene por qué hacerlo. Los principios no cambian, no se negocian como mercancía barata.
Lo que sí puede cambiar y en eso todos tenemos que apuntarnos, es en los métodos y formas. Creo que Francisco, el Papa de las Américas, ha empezado con ese nuevo estilo y en lo personal, me ha hecho sentir orgulloso de proclamarme Cristiano Católico. Estos pocos signos, me han servido para vivir esta Semana Santa con un deseo de renovar mis convicciones, de replantearme mi papel en la Iglesia. Me ha motivado este Francisco a reflexionar en la sencillez y en la caridad para con los demás, esencia del Cristianismo.
Cristo dio muestras contundentes de sencillez, de desapego, de misericordia, de humildad y también de contundencia y firmeza. Francisco, su vicario está dando signos similares y ha dibujado en la cara de gente de todo credo religioso, una sonrisa de esperanza y nos ha movido a la vivencia de una Semana Santa 2013 con aires de cambio.
He leído del motivador Germán Retana 8 gestos de liderazgo marcados por el Papa en su arranque. Creo que si esos 8 gestos se mantienen, la Iglesia caminará senderos muy hermosos y la humanidad toda, alberga esperanzas de rumbos y aires de cambio excepcionalmente positivos.
Lunes, 25 Marzo 2013 07:41
Qué bueno, Una Semana Santa con aires de cambio …
Alexander Hernández CamachoSiempre que de reflexionar sobre aspectos de diversa naturaleza se trata, la búsqueda de espacios propicios para ello es algo bueno y qué mejor que la Semana Santa para hacerlo; pues constituye un momento idóneo para la meditación y el descanso de la mente y el alma.