Ese es el inventario de una cantina ubicada en Cuesta de Moras. ¿Cantina en Cuesta de Moras? Sí, escuchó usted bien. Es la cantina en la que la alcahuetería de años, la desvergüenza y el cinismo han hecho nido.
Al escuchar semejante inventario de licor, previsto para una subasta en la ASAMBLEA LEGISLATIVA de esta Costa, que definitivamente tiene que ser muy Rica para que los tagarotes de la política la saqueen y hayan convertido su Parlamento, cuna de cualquier democracia, en una cantina; en la que se despilfarran los recursos que la gran mayoría de los hijos de esta patria, pagamos puntualmente al fisco.
Cuando se leen noticias como esta, a mí por lo menos se me llena la cachimba de tierra y me dan de todo tipo de intenciones. Me cuestiono yo por cuántos años ha sucedido esto y cómo se explica uno que continúe esta piñata de recursos en manos de gente que no tiene la más mínima vergüenza. Ya quisiera yo que hubiera algo de vergüenza y muchos renunciaran. No como un acto de humildad con el hoy papa emérito Benedicto XVI, sino por VERGÜENZA, valor supremo del que muchos carecen.
Cuando leo esto, me doy una bofetada a ver si es que estoy teniendo una pesadilla, pero desgraciadamente no es así. Ya estoy cansado de noticias tan negativas y que nada pase. Ya me molesta que aquí estas cosas sucedan una y otra y otra vez y seguimos sin ejecutar cambios sustanciales a este sistema colapsado de tanta barbaridad.
¿Qué nos pasa en Costa Rica que ya ni nos inmutamos de tanta cosa? Por qué ya no reaccionamos de ninguna manera? Por qué nos seguimos concentrando en cosas que tienen poca relevancia para el desarrollo del país y por qué mostramos ese adormecimiento de la mente, que facilita que nos representen gentes tan incapaces?
Hubiera querido que esta noticia fuese una broma de muy mal gusto. No es así para desgracia de todos. Es muy lamentable que en el mismo lugar donde se promulgó una ley que “regulaba” las patentes de licores, funcione una cantina sin patente y con tragos gratis pagados por los costarricenses.
Es muy lamentable, que mientras en las carreteras se maten todos los días personas que no les importa sentarse frente a un volante y asesinar inocentes, el inventario de licores de la Asamblea Legislativa sea más alto que el de cualquier bar y hasta comparable con el de algunas licoreras.
Debo terminar este comentario aquí, pues solo en las cantinas podrían escucharse los calificativos que pienso para esta vergüenza, barbaridad y descaro.
Tiene carácter de urgencia y por eso termino este comentario con esta exigencia: POR FAVOR, QUE CIERREN YA ESA CANTINA...