Domingo, 02 Agosto 2015 23:38

Permitirle dejar el aula, le ocasiona un grave daño

Después de vacaciones de medio año, miles de estudiantes no vuelven a la escuela o al colegio. A veces por decisión de ellos mismos, en otras ocasiones, son los padres quienes lo determinan de esa manera.

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Pero cualquiera que sea el caso, se está cometiendo un grave error. Cuando la persona está en edad escolar, su lugar se encuentra en el centro educativo, y no en otro sitio, convertida en mano de obra barata.

En el 2012, 37 762 estudiantes no regresaron a clases después del receso de julio, en el 2013 fueron 17 579, los que no regresaron y el año pasado, el numero fue de 13 826.

Aunque las cifras han descendido siguen siendo altas y preocupantes, pues el ideal es que el 100% de los niños y adolescentes, esté en las aulas. Además, la inversión que hace el país cada año por cada estudiante es grande y sino regresa, eso se pierde.

Según el Instituto de Estadística de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, nuestro país es el que tiene la inversión más alta en educación. Aquí, en un niño de preescolar se invierte anualmente 1.3 millones de colones, en el de primaria 1.5 millones y en secundaria se invierten 2 millones por estudiante.

A esta inversión que hace el Estado, la cual sale de su bolsillo como contribuyente, también debe sumarse el costo que tuvo para cada hogar la compra de uniformes, útiles, libros, los pasajes y la merienda de ese primer medio año.
En los libros no solo está el futuro de los muchachos, sino también la paz y la seguridad de un país. Por eso, usted padre, madre o encargado, no interrumpa los estudios de su hijo o hija, tampoco le permita hacerlo. Por el contrario estimúlelo o estimúlela, para que arranque este medio año con nuevos aires, con muchas ilusiones.

Por su parte, los educadores deben actuar y no dejar pasar ni un solo caso. Los centros educativos están en la obligación de velar porque se cumpla el derecho a la educación de cada niño, niña y adolescente. Si un menor se ausenta por varios días, hay que llamar o visitar el hogar, citar a los padres, y en último caso, poner la denuncia en el PANI.

Pero el acompañamiento al estudiante debe ser efectivo. Recuperarlo, traerlo de regreso, debe ser el objetivo inicial, pero ahí no acaba la tarea. Hay que escucharlo, atender su caso, buscar las herramientas necesarias y orientarlo, para lograr su permanencia.

Ellos, en un futuro, comprenderán que lo mejor que pudieron hacer fue regresar a donde les correspondía, el aula.

Rocío Solís
Presidenta de la Comisión Costarricense
de Cooperación con la UNESCO