Jueves, 15 Enero 2015 01:54

No hacer a nadie lo que no deseo para mí

descarga 67La moneda y el billete son una de las formas de circulación del dinero, por supuesto, previamente aceptados por una sociedad para el pago de bienes, servicios y todo tipo de obligaciones; por consiguiente, circulan a lo largo y ancho del territorio nacional.

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Quizá, por esa función del dinero, el 30 de julio de 1956 el presidente Eisenhower firmó la ley que permitió incorporarel lemaIN GOD WE TRUST, tanto en las monedas como en los billetes de Los Estados Unidos de América. En español significa En Dios confiamos.
Si bien, esta frase fue acuñada en el dinero estadounidense por motivos religiosos, monetarios y para frenar el avance del comunismo en ese entonces, es muy posible que también,se constituyeraen uno de los factores que ayudó a su desarrollo económico y social, ya que envió y continúa enviando un mensaje de unión y fe que logró amalgamar las distintasrazas y culturas, que a este país vinieron procedentes de las diferentes latitudes del planeta.
En los recién pasados días de Navidad, alejado del ir y venir del trajín de la vida, estuve reflexionando acerca de la frase acuñada en las monedas y billetes de este país del norte, pero sobre todo, analizando lo que un mensaje constructivo, escrito en las monedas y billetes de un estado, puede lograr en el fortalecimiento cualitativode la idiosincrasia y comportamiento de un pueblo, y por ende, en el impulso a niveles superiores de una nación.
Pues el olvido es la causa principal de nuestras reincidencias. Por lo tanto, una idea o frase que nos esté recordando a cada momento una buena conducta, indudablemente, ayudará a construir un mejor ciudadano y como corolario, un país mejor.
Inclusive, pensé en los Diez Mandamientos, luego los analicé y logré observar que los primeros cuatro, se refieren a nuestras relaciones con Dios y los restantes seis, tratan de las relaciones con nuestros semejantes. Este razonamiento me llevó a concluir que la calidad de las relaciones con las demás personas, marcan el nivel de identificación y acercamiento a Dios, pues no hacer daño a nadie es amar al Gran Creador.
Como resultado del análisis anterior, he podido comprobar que los Diez Mandamientos, en conjunto,son la esencia y el espíritu de toda religión, y que bien pueden ser resumidos en la siguiente expresión:No hacer a nadie lo que no deseo para mí; en consecuencia, esta frase quedaría muy bien para ser acuñada en las monedas y billetes del dinero costarricense.
Ernesto Villavicencio Ruiz