Lunes, 16 Septiembre 2013 05:57

NO EXISTEN LOS NIÑOS NO DESEADOS

Uno de los argumentos que dan quienes promueven la legalización del aborto en Costa Rica, es que ante un embarazo no deseado, debería tenerse acceso al aborto.

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Parte de los razonamientos falsos que dan, es que la salud reproductiva “es un proceso que debería conducir al bienestar físico, emocional, social y cultural, en todos los aspectos relacionados con la reproducción humana.” Así piden que la mujer tenga total control sobre cuándo, con quién y con qué frecuencia quiere reproducirse, de forma tal que, si queda embarazada sin quererlo, tenga acceso al aborto.
Como consecuencia de lo anterior, hablan de hijos no deseados. Proponen que es mejor matar antes de nacer a los hijos no deseados, puesto que no van a ser amados ni debidamente atendidos.
Los argumentos están totalmente equivocados. Los derechos humanos provienen de la dignidad propia de todo ser humano. ¡Jamás de lo que otro ser humano desee!
En la Declaración Universal de Derechos Humanos leemos: “La libertad, la justicia y la paz en el mundo no podrán darse sin el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los seres humanos.”
Precisamente por la dignidad propia de todo ser humano, es que todos los instrumentos internacionales prohíben la discriminación, indicando el Pacto de San José:
“Persona es todo ser humano”; y “Toda persona tiene derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica”.

Y lo primero que reclama dicha personalidad es el derecho a la vida, por ser el más importante de los derechos humanos, dado que sin vida no pueden ejercerse el resto de los demás derechos.
Además de los argumentos jurídicos, hay que reconocer que no existen los niños “no deseados”.
Prueba de ello es que recientemente la prensa nacional, aunque nos sorprendió con una dolorosa noticia –una recién nacida fue rescatada con vida de un basurero donde fue abandonada—, a los pocos días nos informó, que la bebé estaba fuera de peligro y que el Patronato Nacional de la Infancia, tiene una larga lista de espera de más de cien familias ya valoradas que desean adoptar; además de las muchísimas llamadas que recibieron de otras personas -aun no valoradas-, todas deseando la niña como hija propia.
Es evidente que no existen los niños no deseados. Sólo hay que preguntarles a los matrimonios y familias, de diferentes edades y países, con o sin hijos, todos en espera y deseosos de recibir a un bebé… que otros no quieren tener.
Alexandra Loría Beeche