No lo puedo creer por varias razones. La primera, porque los notables hacen otras recomendaciones valiosas, sobre todo alrededor de consejos que no funcionan, instituciones que tienen funciones que no les corresponden y hasta la Sala Constitucional, que se ha metido a co-gobernar y co-legislar. La segunda razón por lo que no puedo creerlo, es que por mero olfato periodístico y político, no debieron recomendar el aumento de los diputados pues era obvio que esto iba a centrar la atención de la prensa y del país, claramente en repudio contra la idea.
¿Por qué nos repugna la idea de aumentar el número de diputados? Porque la Asamblea Legislativa es inoperante, lenta, torpe. Porque cuesta que se pongan de acuerdo hasta para un minuto de silencio. Pero no se ponen de acuerdo porque no quieren. Cuando querían aumentarse el salario, sí se pusieron de acuerdo. Cuando quieren irse de vacaciones, también se ponen de acuerdo rapidísimo...
Dicen los notables que deben ser 87 por un asunto de representatividad. No estoy de acuerdo. Que haya más diputados no va a colaborar en la descentralización del poder. Más bien, es reafirmar el poder centralista, josefino, que hay en Costa Rica. Lo que hay que hacer es darle más poder a los municipios, así como a los departamentos provinciales o regionales de los ministerios y las instituciones, no centralizarlo todo en San José. Y hay que reorganizar la división territorial, para que zonas olvidadas, como el sur sur, los cantones de Buenos Aires, Osa, Golfito, Corredores y Coto Brus, o el norte norte, los cantones de Sarapiquí, Upala, Guatuso, Los Chiles y Upala, también tengan representación en la Asamblea Legislativa. Pongo un ejemplo grosero: más de la mitad del territorio de la provincia de Heredia pertenece al cantón de Sarapiquí, pero este cantón nunca ha tenido representación en la Asamblea Legislativa. Pregunto, ¿eso se soluciona con tener más diputados? Jamás. Se soluciona con un reordenamiento territorial.
En momentos en que más del 60 por ciento de la población manifiesta repudio y repugnancia por la política, la salida no puede ser que tengamos treinta diputados más. De esto se habla en este momento en pulperías, en iglesias, en salones comunales, en mercados, en los comedores de las casas, y hasta en las cantinas. Los diputados no son queridos porque su trabajo no se nota, porque sintetizan la inoperancia de nuestra democracia, porque no se ponen de acuerdo, porque los intereses partidarios están por encima de los intereses nacionales, y porque la politiquería es una práctica común.
Lunes, 15 Abril 2013 05:40
Ni un solo diputado más… Por favor.
Escrito por Camilo Rodríguez ChaverriNo puedo creer que el centro de atención de las recomendaciones del Consejo o Junta de Notables que convocó la presidenta Laura Chinchilla, sea el aumento del número de diputados, de 57 a 87. Es decir, que tendríamos treinta diputados más.