Desde hace años, he oído a algunos sectores de nuestra sociedad, vociferar, cerrar calles y hasta hacer destrozos a la propiedad de otros, como agresiones físicas, según quienes así actúan por la defensa de eso que llaman Soberanía. Sin embargo, siempre he tenido mis serias dudas, si el término está tan bien definido y claro para quienes así actúan.
Lo anterior, lo traigo a colación por la actual situación en nuestra frontera norte, donde efectivos del Ejército Sandinista, se han afincado en el territorio nacional pero además están destruyendo el medio ambiente del área invadida.
Por lo tanto, existen dos afrentas, la primera, es el irrespeto a nuestro territorio al entrar al país con fuerzas militares, sin la debida autorización de nuestra Asamblea Legislativa, o sea nuestra soberanía ha sido y es violentada. Y la segunda, es la destrucción del entorno ecológico de un área declarada protegida por nuestra legislación de protección ambiental.
Uno no puede menos que preguntarse por qué los grupos que, tradicionalmente, han puesto su grito al cielo, exigiendo respeto a nuestra soberanía, como cuando los vimos moverse a lo largo y ancho del territorio nacional, oponiéndose al TLC con Estados Unidos pero en esta ocasión, no han hecho una simple declaración, que deje claro su manera de interpretar la acción abusiva e irrespetuosa del gobierno sandinista.
Pero también llama la atención como el diputado del Frente Amplio, José María Villalta, quien hace unos días, fue a la provincia de Guanacaste, a apoyar a unos manifestantes, quienes ante las cámaras de un programa del canal televiso de la UCR, a voz en cuello, en las afueras de un hotel de playay en la cara de su representante legal, gritaban ASESINOS, ASESINOS, ASESINOS;supuestamente, este señalamiento era por haber destruido, según su decir, una parte del área marina para construir el inmueble.
Uno no puede menos que preguntarse sobre por qué estas personas y específicamente el diputado Villalta, no se pronuncian libre, oportuna y transparentemente, como todavía se puede hacer en Costa Rica, sobre lo que está sucediendo en la isla Calero, donde la naturaleza está sufriendo grave daño. Esto para que así, las y los costarricenses quedemos claros e informados de sus posiciones y por quienes realmente dan sus luchas.
Ser un verdadero patriota implica que mi primera responsabilidad, es con Costa Rica, no con mi ideología, con un partido político,tampoco con las amistades que la comparten y me acompañan en mi militancia peromucho menos con quienes de manera abusiva y sin el menor respeto a la soberanía de otro país, se autoproclama autorizado a hacer lo que se le ocurra en el país invadido sin más ni más, violentando así el derecho internacional.
El pueblo y Costa Rica creo, sin ningún temor a equivocarme, que esperany les agradecería que ustedes, a quienes se refiere este comentario,que se pronuncien; no para incomodarlos, ni perseguirlos, y mucho menos, para que sean las víctimas de la intolerancia de nadie, sino solo para saber, realmente, qué entienden ustedes por soberanía y ecología, así como, para saber al servicio de quién y de qué intereses están.
Desde hace años, he oído a algunos sectores de nuestra sociedad, vociferar, cerrar calles y hasta hacer destrozos a la propiedad de otros, como agresiones físicas, según quienes así actúan por la defensa de eso que llaman Soberanía. Sin embargo, siempre he tenido mis serias dudas, si el término está tan bien definido y claro para quienes así actúan.
Lo anterior, lo traigo a colación por la actual situación en nuestra frontera norte, donde efectivos del Ejército Sandinista, se han afincado en el territorio nacional pero además están destruyendo el medio ambiente del área invadida.
Por lo tanto, existen dos afrentas, la primera, es el irrespeto a nuestro territorio al entrar al país con fuerzas militares, sin la debida autorización de nuestra Asamblea Legislativa, o sea nuestra soberanía ha sido y es violentada. Y la segunda, es la destrucción del entorno ecológico de un área declarada protegida por nuestra legislación de protección ambiental.
Uno no puede menos que preguntarse por qué los grupos que, tradicionalmente, han puesto su grito al cielo, exigiendo respeto a nuestra soberanía, como cuando los vimos moverse a lo largo y ancho del territorio nacional, oponiéndose al TLC con Estados Unidos pero en esta ocasión, no han hecho una simple declaración, que deje claro su manera de interpretar la acción abusiva e irrespetuosa del gobierno sandinista.
Pero también llama la atención como el diputado del Frente Amplio, José María Villalta, quien hace unos días, fue a la provincia de Guanacaste, a apoyar a unos manifestantes, quienes ante las cámaras de un programa del canal televiso de la UCR, a voz en cuello, en las afueras de un hotel de playay en la cara de su representante legal, gritaban ASESINOS, ASESINOS, ASESINOS;supuestamente, este señalamiento era por haber destruido, según su decir, una parte del área marina para construir el inmueble.
Uno no puede menos que preguntarse sobre por qué estas personas y específicamente el diputado Villalta, no se pronuncian libre, oportuna y transparentemente, como todavía se puede hacer en Costa Rica, sobre lo que está sucediendo en la isla Calero, donde la naturaleza está sufriendo grave daño. Esto para que así, las y los costarricenses quedemos claros e informados de sus posiciones y por quienes realmente dan sus luchas.
Ser un verdadero patriota implica que mi primera responsabilidad, es con Costa Rica, no con mi ideología, con un partido político,tampoco con las amistades que la comparten y me acompañan en mi militancia peromucho menos con quienes de manera abusiva y sin el menor respeto a la soberanía de otro país, se autoproclama autorizado a hacer lo que se le ocurra en el país invadido sin más ni más, violentando así el derecho internacional.
El pueblo y Costa Rica creo, sin ningún temor a equivocarme, que esperany les agradecería que ustedes, a quienes se refiere este comentario,que se pronuncien; no para incomodarlos, ni perseguirlos, y mucho menos, para que sean las víctimas de la intolerancia de nadie, sino solo para saber, realmente, qué entienden ustedes por soberanía y ecología, así como, para saber al servicio de quién y de qué intereses están.