El ejercicio del periodismo es delicadísimo. El captar los hechos ocurridos y expresarlos, siempre implica algún nivel de juicio personal del comunicador. De allí la enorme importancia de la diversidad de los medios, la multiplicidad de los temperamentos y expresiones de la verdad de cada quien.
Bienvenida la radio que nos ofrece voces y discusión de opiniones diversas en vivo, la televisión que nos nutre de imágenes, ya que una imagen muchas veces es más descriptiva que varios libros y los medios escritos que nos analizan la noticia, comentan los hechos y nos permiten una digestión más pausada de los acontecimientos.
Bienvenidas las redes sociales en las que la libertad muchas veces raya el libertinaje, pero que han puesto a disposición de un número insospechado de personas la posibilidad de expresar razones, percepciones, sentimientos y también desahogar reprimidas emociones.
Muchas veces son las perspectivas propias de los gobernantes las que les impiden percibir las ajenas así como el disgusto en calles y foros. Muchas veces son las intenciones de los jerarcas las que les impiden observar cómo muchos discrepan de ellos.
Creo que los gobernantes, a semejanza de don José María Castro Madriz, deberían, lejos de criticar y de sumergirse en las teorías de la conspiración de la prensa, servirse de ella y estimular la misma. Imitemos la libertad nunca al totalitarismo.
¿Que se prometieron cosas que no se pueden cumplir? ¿Que se han tomado decisiones inadecuadas? ¿Que algunos nombramientos han sido cuestionados? ¿Que el Presupuesto Nacional creció demasiado? Todo ello debería ser tomado como el mejor consejo para el mandatario.
¿Qué es ese lamento de que me tratan mal en la prensa? ¡Sea hombre y trabe los dientes! ¡No afloje!, nos habrían dicho los mayores. Las críticas son indispensables para el gobernante. Los elogios generan conformidad y autocomplacencia. La crítica de hoy no es diferente de la de los pasados 12 años.
No escuchemos los cantos de sirena de aquellos países que han buscado silenciar a quienes desean hacer públicas sus censuras.
Sobre el desarrollo de la libertad cabalga la democracia y el progreso de los pueblos. Sobre la supresión de las opiniones, sentimientos y preferencias de las sociedades, se cierne la noche de una era de degradación y totalitarismo.
El señor mandatario y su equipo deben de manera activa mejorar su estrategia integrada de comunicaciones contratando persona que de eso entienda. El señor mandatario y su grupo de colaboradores deberán servirse de la libertad de expresión y prensa, nunca combatirla.
Vivimos un régimen de opinión. Los demócratas estimulan la prensa, los totalitarios la amenazan.
Viva Costa Rica, viva la libertad y la democracia.
Emilio Bruce Jimenez