Viernes, 09 Agosto 2013 05:22

Malas decisiones y letargo del Banco Central causan desempleo

Periódico El Financiero, del 31 de Julio de 2013 dice: “El presidente del Central, Rodrigo Bolaños, reconoció que el programa que anunciaron enero se dio en circunstancias muy distintas a las actuales y reconoció que la economía se ha desacelerado más de lo estimado. De paso, anunció la eliminación del tope al crecimiento de las carteras de crédito, el cual está vigente desde el 1 de febrero pasado.”

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En su revisión del Plan Macroeconómico 2013-2014, el Banco Central anuncia que el país crecerá apenas un 3% este año; una contracción importante con respecto al 4% estimado originalmente por la entidad.
De febrero de este año a junio, se calcula que más de 13.000 personas se quedaron sin empleo. ¿Qué pensarán estos costarricenses del “error de cálculo” de don Rodrigo Bolaños? Primero decide tomar medidas que contraen el crédito nacional –restricciones de crédito y el apoyo al proyecto que desincentiva la entrada de capitales al país–.
Después, cuando sus medidas surten el efecto esperado por el sector productivo nacional, ¡se sorprende de que la economía se haya desacelerado más de lo que estimaba! Como quien obliga a un enfermo a caminar en la lluvia y después se sorprenda cuando lo que era una gripe, se transforme en neumonía.
“La mano invisible bonita sí existe”, dijo Bolaños a La Nación, refiriéndose a la mano invisible del mercado. Sin embargo, poco puede hacer la mano invisible a favor de la economía cuando la mano peluda del Banco Central se concentra en limitar al mercado con tanta vehemencia. Tuvo que prácticamente sublevarse todo el sector privado financiero y no financiero, para que el BCCR, en su letargo, por fin decidiera levantar las restricciones de crédito.
¡En hora buena se retira tan ilógica medida! Sin embargo, el daño ya está hecho. Este error de cálculo de don Rodrigo Bolaños ya arruinó el crecimiento del 2013, minando la confianza y el crecimiento de sectores claves para el empleo como lo son el comercio y la construcción.
Patricia Pérez Hegg