Costa Rica goza de uno de los índices de desarrollo humano más grande de América Latina y nos codeamos con los países desarrollados en términos de expectativa de vida y baja mortalidad infantil. ¿Quién podría cuestionar que estos logros han sido posibles por la existencia de la Caja del Seguro? ¿Quién podría ser capaz de negar, que la creación de esta institución ha sido uno de los más grandes legados de antepasados visionarios? ¿Es posible que alguien cuestione que el sistema de seguridad social solidaria es la base fundamental sobre la que se construyó el país, en la segunda mitad del siglo veinte? ¿Por qué entonces la Caja tiene tantos enemigos?
La lista la encabezan los Gobiernos que la han administrado como si fuera una enorme Caja Chica, que han perpetuado el no pago de las cuotas obreras y patronales y que la han usado como botín político para pagar con puestos, las ayudas en las campañas políticas.
Le siguen los empresarios morosos, que van desde las mismas instituciones públicas, siguiendo por todo tipo de empresas privadas y terminando con algunos equipos de futbol, que son malos en lo deportivo y peores en su gestión financiera.
Hay también muchos usuarios, que tienen por deporte ir a las clínicas del seguro por cualquier dolor de pestañas, que andan viendo a ver qué médico les acepta sobornos para ser incapacitados o de qué forma comercializan los medicamentos que reciben de la Caja.
Un serio enemigo, son unos pocos pero peligrosísimos funcionarios. Cuando hemos sido informados por los medios de comunicación de que en la CCSS, pululan los médicos que tramitan incapacidades para que los “enfermos” se vayan de viaje o a la playa, para que dediquen el tiempo a hacer campaña política, para evadir un juicio en los tribunales y hasta para dormir una borrachera, no puede caber en uno, un sentimiento que no sea la frustración.
¿Qué placer sentirán aquellos que humillan a la gente que llega cada día a los centros de salud pública?. ¿Cómo tratan al labriego sencillo, que no cuenta con más alternativa que ir a hacer esas enormes filas a las salas de emergencias de los hospitales y a las clínicas de la Caja?
Creo firmemente en la CCSS, creo urgente su fortalecimiento y reprocho los esfuerzos de muchos por privatizarla o municipalizarla. Pero es necesario y extremadamente urgente, sacar a los sinvergüenzas que la han saqueado en sus finanzas, meter a la cárcel a los delincuentes que hacen biombos cada día y ante todo, creo que es urgente una CIRUGIA MAYOR que la limpie de un puñado de ineptos que atienen cada día a las personas de mala forma, sin mística y por simple obligación.
Los asalariados costarricenses somos los socios mayoritarios de esta empresa costarricense y por eso nuestra atención debe SIEMPRE estar por encima de la de todos aquellos extranjeros ilegales que por miles copan los servicios de salud pública. La humanidad empieza por casa.
Los funcionarios de la CCSS no están haciendo ninguna obra de caridad ni están dando limosna, pues esta es una empresa pública que se financia con recursos de todos los que la financiamos. Cada funcionario de la CCSS recibe muy puntualmente su salario, además de los beneficios contenidos en sus convenciones colectivas.
El salario del que mes a mes disfrutan, se logra con el esfuerzo de miles de ticos y algunos extranjeros que responsablemente cotizan y pagan sus cuotas; con nuestros aportes, generamos lo suficiente para que lo reciban y parte ineludible de sus funciones, es atender de forma cordial y humana a las personas.
Todos estos enemigos hay que ver de qué forma los exterminamos, cual tumor maligno, de esta Caja que nos es botín de nadie, sino sustento del bienestar social de todos nosotros los costarricenses: SUS DUEÑOS.
Costa Rica goza de uno de los índices de desarrollo humano más grande de América Latina y nos codeamos con los países desarrollados en términos de expectativa de vida y baja mortalidad infantil. ¿Quién podría cuestionar que estos logros han sido posibles por la existencia de la Caja del Seguro? ¿Quién podría ser capaz de negar, que la creación de esta institución ha sido uno de los más grandes legados de antepasados visionarios? ¿Es posible que alguien cuestione que el sistema de seguridad social solidaria es la base fundamental sobre la que se construyó el país, en la segunda mitad del siglo veinte? ¿Por qué entonces la Caja tiene tantos enemigos?
La lista la encabezan los Gobiernos que la han administrado como si fuera una enorme Caja Chica, que han perpetuado el no pago de las cuotas obreras y patronales y que la han usado como botín político para pagar con puestos, las ayudas en las campañas políticas.
Le siguen los empresarios morosos, que van desde las mismas instituciones públicas, siguiendo por todo tipo de empresas privadas y terminando con algunos equipos de futbol, que son malos en lo deportivo y peores en su gestión financiera.
Hay también muchos usuarios, que tienen por deporte ir a las clínicas del seguro por cualquier dolor de pestañas, que andan viendo a ver qué médico les acepta sobornos para ser incapacitados o de qué forma comercializan los medicamentos que reciben de la Caja.
Un serio enemigo, son unos pocos pero peligrosísimos funcionarios. Cuando hemos sido informados por los medios de comunicación de que en la CCSS, pululan los médicos que tramitan incapacidades para que los “enfermos” se vayan de viaje o a la playa, para que dediquen el tiempo a hacer campaña política, para evadir un juicio en los tribunales y hasta para dormir una borrachera, no puede caber en uno, un sentimiento que no sea la frustración.
¿Qué placer sentirán aquellos que humillan a la gente que llega cada día a los centros de salud pública?. ¿Cómo tratan al labriego sencillo, que no cuenta con más alternativa que ir a hacer esas enormes filas a las salas de emergencias de los hospitales y a las clínicas de la Caja?
Creo firmemente en la CCSS, creo urgente su fortalecimiento y reprocho los esfuerzos de muchos por privatizarla o municipalizarla. Pero es necesario y extremadamente urgente, sacar a los sinvergüenzas que la han saqueado en sus finanzas, meter a la cárcel a los delincuentes que hacen biombos cada día y ante todo, creo que es urgente una CIRUGIA MAYOR que la limpie de un puñado de ineptos que atienen cada día a las personas de mala forma, sin mística y por simple obligación.
Los asalariados costarricenses somos los socios mayoritarios de esta empresa costarricense y por eso nuestra atención debe SIEMPRE estar por encima de la de todos aquellos extranjeros ilegales que por miles copan los servicios de salud pública. La humanidad empieza por casa.
Los funcionarios de la CCSS no están haciendo ninguna obra de caridad ni están dando limosna, pues esta es una empresa pública que se financia con recursos de todos los que la financiamos. Cada funcionario de la CCSS recibe muy puntualmente su salario, además de los beneficios contenidos en sus convenciones colectivas.
El salario del que mes a mes disfrutan, se logra con el esfuerzo de miles de ticos y algunos extranjeros que responsablemente cotizan y pagan sus cuotas; con nuestros aportes, generamos lo suficiente para que lo reciban y parte ineludible de sus funciones, es atender de forma cordial y humana a las personas.
Todos estos enemigos hay que ver de qué forma los exterminamos, cual tumor maligno, de esta Caja que nos es botín de nadie, sino sustento del bienestar social de todos nosotros los costarricenses: SUS DUEÑOS.