Miércoles, 27 Noviembre 2013 05:10

Las oscuras relecturas de la caminata del 17 de noviembre

El pasado domingo 17 de los corrientes, presenciamos una de las manifestaciones masivas mas grandes que ha contemplado la historia de nuestro país. Desde todos los pueblos y rincones del país, invitados por los obispos, hombres, mujeres y niños decidieron dejar las comodidades dominicales para hacer presente en San José su opción por la familia, por la vida y por una patria mejor.

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Algunos grupos que, a la fecha, aún no digieren lo que ocurrió en La Sabana, siguen hablando de manipulación, intromisión y perseveran en un discurso marcado por la intolerancia que creen ver –con profunda equivocación- en ese casi millón de personas reunidos luego de andar por la Avenida Segunda y el Paseo Colón en ambiente festivo, positivo y contra nadie.

Especialmente triste ha sido el modo en que algunos medios de comunicación han presentado la marcha. Han hecho decir a los obispos lo que no dijeron, han deformado conceptos y se han dado a la tarea de disminuir la caminata a su mínima expresión. Incluso, han provocado reacciones en personas nunca aludidas en la actividad de la Iglesia y ello a partir de titulares falsos y tendenciosos.

Como si fuera poco, el día siguiente a la caminata y en el contexto de la Asamblea Legislativa una diputada de apellido Venegas leyó una intervención que, sin temor a equivocarme, puede resultar la colección de ocurrencias acerca de la marcha, la Iglesia, la jerarquía y el magisterio del Papa Francisco más sorprendente que he conocido últimamente.

Aunque no me extraña, la intervención de esta representante popular muestra, inicialmente, cuánto el mal ánimo que le provocó la caminata la afecta aún y hasta qué punto ignora la verdad acerca de lo que afirma. Ni siquiera el magisterio del Papa actual lo maneja integralmente. Es, como ocurre con otros catolicofóbicos, de los que leen al Papa por partes, descontextualizando y desde frases aisladas tomadas de fuentes terciarias.

Cita, la intervención de marras, la entrevista concedida por el Papa al Padre Antonio Spadaro pero mal, lee horrorosamente la caminata como acto politiquero, insulta a los obispos abiertamente, dice todo tipo de falacias sobre la relación Estado-Iglesia, califica de manipulador al obispo de Alajuela, habla de exigencias que nunca fueron tales y un largo etcétera que da pena.

Y, como si no fuera suficiente, habla de lo clientelar sin temor a ofender y relacionando todo ello con el dos de agosto y lo acontecido en el mismo cierre del Año de la Fe. Finalmente, enseña esta representante popular cómo entender el magisterio pontificio a los mismos obispos.

Me pareció, sencillamente, excesivo. Estas manifestaciones y el manejo de algunos medios de comunicación no conseguirán, sin embargo, afear el rostro de una actividad que fue festiva, positiva y que nunca intentó ir contra nadie.