El proyecto incluye 15 carreteras que es necesario agilizar.

Los costarricenses ya no damos más: estamos hartos de las presas, de los embotellamientos, de perder tiempo en carretera, de que no avancen los proyectos viales.

Pero no podemos quedarnos en el lamento, ni frustrarnos porque las carreteras no avanzan.

Hay que despertar…

Esperamos que este proyecto legislativo avance para poder darle celeridad a vías de atención prioritaria, mediante el uso de mecanismos excepcionales que permitan reducir hasta la mitad la ejecución de las obras.

El país está urgido de quitar trabas a obras de trascendencia nacional, para disminuir las presas, mejorarla competitividad, estimular la creación de empleos y ahorrarle al país miles de millones.

La propuesta legislativa faculta la posibilidad de utilizar el procedimiento de urgencia, previsto en el artículo 80 Ley de Contratación Administrativa u otro alternativo, para agilizar proyectos o ciertos procedimientos.

Sanciona administrativamente a los funcionarios que por negligencia, impericia, dolo o desidia comprobada retrasen injustificadamente los proyectos.

El Grupo Consenso ya ha identificado al menos 15 rutas que deben intervenirse con urgencia y a esas vías se les da prioridad en el proyecto de ley.

Son miles los que soñamos con que pronto se ejecuten las obras en San José-San Ramón, la Florencio del Castillo con el tramo de Garantías sociales, Circunvalación Norte, la Ruta 32, Palmar Norte-Paso Canoas y las ampliaciones para facilitar el acceso a Heredia, entre otras.

Hoy, aprovechamos este valioso espacio de la Cámara Nacional de Radio, para lanzar un desafío público a la clase política y a nuestros gobernantes, para ponernos de acuerdo en impulsar la propuesta que, con carácter de urgencia saque adelante las obras de infraestructura prioritarias.

Señor Presidente, diputados y diputadas, costarricenses: es hora de entender que nos quedamos rezagados. Hasta el momento, el pueblo ha sido generoso, pero ya está harto de los platinazos, de las trochas, de los proyectos viales que duran hasta 30 años para construirse, en fin, está harto de las presas.

Quedarse callado no es una opción.

Costa Rica entera debe pellizcarse y no permitir que los proyectos viales sigan durmiendo el sueño de los justos, que se paguen miles de millones en créditos de obras de infraestructura que se ejecutan al paso de tortuga, que sigamos gastando hasta tres horas en recorridos de apenas 13 o 15 kilómetros.

El proyecto para agilizar las obras prioritarias en infraestructura vial nos puede unir como país.

Solo falta voluntad política; lo demandan los ciudadanos, lo demanda un país ansioso de transitar por carreteras decentes.