Viernes, 01 Marzo 2013 05:36

La impunidad

Mucha gente se queja que las cosas en este país andan muy mal, los diagnósticos sobre las posibles causas, están a la orden del día. Probablemente, casi todas para no decir todas, seguramente, son absolutamente válidas.

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Hoy he querido referirme a una de ellas la IMPUNIDAD pues esta tiene que ver no con la falta de leyes, sino más bien con el respeto a ellas. No pocas veces, nos enteramos del algún hecho anómalo, principalmente en el sector público y pegamos el grito al cielo pero lo cierto, es muy probablemente esta situación está violentando alguna ley y por lo tanto, quien así actuare, se hace sujeto de alguna responsabilidad legal. Sin embargo, hecha pública la denuncia, en muy pocas ocasiones, la gente se entera de que se sentaron las debidas responsabilidades que el caso amerita.
Sin embargo, también hay otros tipos de impunidades, quizás menores en sus efectos pero no por eso dejan de ser violaciones al ordenamiento jurídico y además con su no observación, mandan un mensaje muy negativo a quienes saben que se cometió el ilícito pero que no hubo ninguna sanción.
Precisamente, quiero compartirles mi sorpresa cuando me desplazaba por la avenida segunda, a la altura de las oficinas centrales del Banco de Costa Rica, para sorpresa de los conductores que estábamos esperando que el semáforo cambiara a verde para continuar avanzando; cuando del extremo izquierdo de la avenida, surge, de manera intempestiva, un autobús que literalmente a traviesa a todo lo ancho de esta venida y se coloca bloqueando el transito en posición sur.
Pero ahí no termino la sorpresa pues justo después del tan irresponsable viraje, apareció un vehículo plataforma del Tránsito, el cual se ubicó justo al lado izquierdo del citado autobús; con quienes viajaban conmigo, comenté que bueno que este chofer imprudente fue visto por un oficial de tránsito, nos quedamos a la expectativa para ver qué sucedía y para sorpresa nuestra, la única sanción evidente fue que el chofer fue obligado a poner en dirección oeste-este, con lo que no pudo seguir hacia el sur que era su intención inicial. El vehículo oficial continuó su marcha y aquí no ha pasado nada. Total impunidad ante la violación a la prudente y debida conducción determinada por ley.
Esa experiencia sin duda fue un refuerzo muy negativo para todos los que fuimos espectadores pasivos del hecho y no faltará quién pudiera pensar en repetir, cuando las circunstancias se lo impongan, la forma irresponsable de manejar del chofer de ese bus. Y con esto todos perdemos y los accidentes seguirán.