¿Cómo imaginaron hace 188 años que iba a ser Guanacaste los ciudadanos del Partido de Nicoya que reunidos un 25 de julio de 1824 decidieron de forma libre anexarse a Costa Rica?
La historia nos cuenta que hubo razones políticas y económicas que influyeron para que el Partido de Nicoya quisiera formar parte de Costa Rica. El ambiente pacífico del país pesó en la decisión.
El aporte de la provincia al país es innegable y por ello Guanacaste merece figurar en la agenda nacional en un lugar protagónico y no en un recuerdo esporádico u ocurrente de talla electoral.
Hoy más que nunca tenemos la imperativa tarea de preguntarnos: ¿Cómo se sueña Guanacaste? ¿Cómo la queremos los guanacastecos?
Más allá de las protestas que se convocan en distintos puntos de la provincia ante un creciente descontento popular por la falta de inversión pública y el olvido recurrente de gobierno a gobierno, los guanacastecos estamos llamados a tomar el rumbo de nuestro destino, uno capaz de cohesionar socialmente, de impulsar un crecimiento inclusivo y sostenible.
Pareciera irónico que nuestras tierras llenas de riqueza natural, potencial turístico y legado cultural, no ocupen en el proyecto país un sitio de liderazgo. Causa extrañeza que los cambios en el modelo productivo agropecuario y la gran apuesta hacia una economía donde el turismo y los servicios atrajeron grandes inversiones, no se hayan traducido en mejores condiciones de vida para la población guanacasteca originaria.
Los ejemplos de liderazgo en la provincia son muchos, las oportunidades que podemos construir nos imponen grandes retos, entre ellos: el de lograr que el crecimiento que viene experimentando la provincia sea sinónimo también de verdadero desarrollo que propicie: el emprendedurismo, los empleos de calidad, el acceso a los servicios, la protección ambiental y que permita superar, de una vez por todas, el rezago que nos coloca como una de la regiones de mayor: pobreza, desempleo y carencia en infraestructura y tecnología.
En este aniversario de la Anexión, como cooperativistas conscientes del valor del trabajo y la cooperación, levantamos la bandera de la esperanza y convocamos a los guanacastecos a manifestarnos contra la inacción, el conformismo y el olvido.
COOPEGUANACASTE, R.L. como organización cooperativa netamente guanacasteca, cree firmemente que sí se puede construir desarrollo con justicia y equidad pues sabe que las soluciones no van a llegar de promesas políticas añejas o de recetas cortoplacistas.
La participación ciudadana en todos los ámbitos hoy no es una elección, es una demanda de una Guanacaste que se sueña próspera y justa.
Aquí tenemos una tierra pujante que cada mañana debemos sembrar con nuestras propias manos. No hay fórmulas mágicas para el desarrollo, no hay antídotos contra la pobreza más que nuestro trabajo, nuestro compromiso por defender lo que nos ha costado.
Volvemos a la pregunta: ¿cómo soñaron a Guanacaste hace 188 años? y nuestra respuesta debe ser un homenaje a quienes soñaron engrandecer el país.
Un Guanacaste que sea parte indispensable de una gran nación, donde el trabajo de todos permita alcanzar la felicidad: máxima aspiración humana.
Volvamos a nuestras raíces, encontremos en nuestra forma de ser los mejores valores para construir ese Guanacaste que se levantó firme y que de forma voluntaria alzó la voz para decir que somos de la patria y por ello: la formamos, la queremos, la defendemos.
Marisol Arias Murillo
Periodista de COOPEGUANACASTE, R.L.
¿Cómo imaginaron hace 188 años que iba a ser Guanacaste los ciudadanos del Partido de Nicoya que reunidos un 25 de julio de 1824 decidieron de forma libre anexarse a Costa Rica?
La historia nos cuenta que hubo razones políticas y económicas que influyeron para que el Partido de Nicoya quisiera formar parte de Costa Rica. El ambiente pacífico del país pesó en la decisión.
El aporte de la provincia al país es innegable y por ello Guanacaste merece figurar en la agenda nacional en un lugar protagónico y no en un recuerdo
esporádico u ocurrente de talla electoral.
Hoy más que nunca tenemos la imperativa tarea de preguntarnos: ¿Cómo se sueña Guanacaste? ¿Cómo la queremos los guanacastecos?
Más allá de las protestas que se convocan en distintos puntos de la provincia ante un creciente descontento popular por la falta de inversión pública y el olvido recurrente de gobierno a gobierno, los guanacastecos estamos llamados a tomar el rumbo de nuestro destino, uno capaz de cohesionar socialmente, de impulsar un crecimiento inclusivo y sostenible.
Pareciera irónico que nuestras tierras llenas de riqueza natural, potencial turístico y legado cultural, no ocupen en el proyecto país un sitio de liderazgo.
Causa extrañeza que los cambios en el modelo productivo agropecuario y la gran apuesta hacia una economía donde el turismo y los servicios atrajeron grandes inversiones, no se hayan traducido en mejores condiciones de vida para la población guanacasteca originaria.
Los ejemplos de liderazgo en la provincia son muchos, las oportunidades que podemos construir nos imponen grandes retos, entre ellos: el de lograr que el crecimiento que viene experimentando la provincia sea sinónimo también de verdadero desarrollo que propicie: el emprendedurismo, los empleos de calidad, el acceso a los servicios, la protección ambiental y que permita superar, de una vez por todas, el rezago que nos coloca como una de la regiones de mayor: pobreza, desempleo y carencia en infraestructura y tecnología.
En este aniversario de la Anexión, como cooperativistas conscientes del valor del trabajo y la cooperación, levantamos la bandera de la esperanza y convocamos a los guanacastecos a manifestarnos contra la inacción, el conformismo y el olvido.
COOPEGUANACASTE, R.L. como organización cooperativa netamente guanacasteca, cree firmemente que sí se puede construir desarrollo con justicia y equidad pues sabe que las soluciones no van a llegar de promesas políticas añejas o de recetas cortoplacistas.
La participación ciudadana en todos los ámbitos hoy no es una elección, es una demanda de una Guanacaste que se sueña próspera y justa.
Aquí tenemos una tierra pujante que cada mañana debemos sembrar con nuestras propias manos. No hay fórmulas mágicas para el desarrollo, no hay antídotos contra la pobreza más que nuestro trabajo, nuestro compromiso por defender lo que nos ha costado.
Volvemos a la pregunta: ¿cómo soñaron a Guanacaste hace 188 años? y nuestra respuesta debe ser un homenaje a quienes soñaron engrandecer el país.
Un Guanacaste que sea parte indispensable de una gran nación, donde el trabajo de todos permita alcanzar la felicidad: máxima aspiración humana.
Volvamos a nuestras raíces, encontremos en nuestra forma de ser los mejores valores para construir ese Guanacaste que se levantó firme y que de forma voluntaria alzó la voz para decir que somos de la patria y por ello: la formamos, la queremos, la defendemos.
Marisol Arias Murillo
Periodista de COOPEGUANACASTE, R.L.