Ya sea, por ejemplo, por motivos económicos, familiares, de desinterés o de salud, algunos estudiantes no le dan el seguimiento a sus estudios y frustran la posibilidad de profesionalizarse; por ello, quienes sí pueden decidir por una educación superior deben aprovecharla de la manera más óptima.
Máxime que muchas de las universidades de nuestro país son instituciones orientadas a la formación del estudiante en un sentido plenamente integrador de la palabra, es decir, se imparte un conocimiento científico y técnico pero, también, cultural y cívico. Lo que importa es lograr que cada uno de los estudiantes, y más adelantecomo profesionales, posean una clara visión humanística.
Por eso quienes tenemos la sagrada misión de educar, debemos procurar también formar en valores, tratando de fomentar una participación ciudadana libre y comprometida con los principios de las sociedades democráticas, con un firme compromiso hacia nuestro país.Recordemos que, como señalaba el filósofo Ortega y Gasset: “un profesional sin humanización es, sencillamente, un bárbaro”.
A lo mejor para algunos tomar las riendas de un estudio superior representa un mundo complejo y difícil, pero es importante lanzarse valientemente a este reto, en especial porque es un mundo fascinante, lleno de múltiples expectativas, propiciador de un gran crecimiento intelectual y personal,donde se adquieren grandes responsabilidades en el ámbito académico y, a la vez, se vive un proceso de madurez que los colmará de múltiples satisfacciones y grandes oportunidades.
Porque si hay un aspecto en el que una gran mayoría de personas coincide, es que estamos inmersos en una trascendental era del conocimiento, por ello, entre mejor preparados académicamente estemos, entre mejor podamos hacer uso de nuestras destrezas profesionales, entre mejor podamos ser analíticos de lo que aprendemos, mejor preparados se estará para enfrentar, exitosamente, esta competitiva, compleja y demandante sociedad.
Hay que recordar que el fenómeno de desempleo entre los jóvenes por falta de educaciónes uno de los principales cánceres de las sociedadespues implica la pérdida de oportunidades para tener un desarrollo pleno. En ese sentido el invertir en educarse,comprometiéndose con el estudio, es el seguro más valioso que tienen las personas contra el desempleo y para tener una vida productiva más beneficiosa que, además, contribuya de forma decisiva a mejorar el bienestar material y a enriquecer tanto el tejido social como cultural de nuestra sociedad.
En estos días muchos de los estudiantes de colegio ya concluyeron, o concluirán, sus estudios secundarios con la decisión de continuar estudios universitarios.¡Definitivamente qué gran reto les corresponde!, porque ellos deben tener en cuenta de que gozan de una oportunidad que otros no la tienen.
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