Pero yo no quiero imaginarme cómo sería Costa Rica dentro de 30 años si hoy no se construyen las represas necesarias para generar la energía eléctrica que se ocupa para el desarrollo del país. ¿Cómo iríamos a satisfacer las demandas y necesidades del doble de la población?
No quiero imaginarme el caos y la pobreza en que viviríamos. ¿Por qué digo esto? Porque un país no puede estar sin energía. De algún lado tendría que obtenerla. Entonces, para darle esa energía a sus hijos y nietos, tendrían las autoridades de esos años que recurrir al petróleo, ya para entonces más escaso y súper caro.
En el futuro sobrevivirán los países con fuentes de energía limpia como la hidroeléctrica. Costa Rica es privilegiada y la tiene; pero mentes obtusas se afanan por paralizar el desarrollo hidroeléctrico oponiéndose a la construcción de represas.
Qué gran error cometeremos. ¿Cómo Costa Rica pagaría la factura petrolera en 30 años? ¿Cuánto subirían todos los servicios que operan con esa energía? Impensable.
Me sentiría irresponsable, si no digo esto hoy. Sentiría que traicionaría a mis hijos, mis nietos y los que aún no han nacido.
Si no hay represas hidroeléctricas, el mañana de Costa Rica es oscuro e inimaginable. Crisis económica, problemas sociales y mayores niveles de contaminación. Ya yo no estaría, pero no quisiera eso para la Costa Rica de entonces. Necesitamos un Estadista que tenga la visión de futuro. Necesitaremos para el futuro energías limpias y renovables.
Alexander Bonilla Durán