Hace cuatro años inició la discusión sobre la necesidad de una reforma a la ley de tránsito vigente en aquel momento. Los señores diputados de entonces se apresuraron a emitir una reforma parcial que incrementó las multas e introdujo una serie de regulaciones contradictorias y penalizaciones desproporcionadas,que propiciaron la incorrecta aplicación de la ley y el aumento en la discrecionalidad de los Inspectores de tránsito a la hora de aplicar la norma.
Hoy nuevamente los Diputados tienen en sus manos la emisión de una reforma integral a la ley de tránsito y su mayor reto es no cometer los mismos errores que sus antecesores.
Costa Rica necesita urgentemente una nueva ley de tránsito, pero no una ley promulgada por la presión de los medios o de los diferentes grupos interesados. Costa Rica necesita una ley de tránsito ágil, sencilla, coherente, lógica y racional. Se requiere una ley simple que regule la conducción por vías terrestres y que permita tanto a los aplicadores de la norma como a los usuarios tener certeza jurídica y saber a qué atenerse mientras ejercen la conducción de un vehículo. No requerimos leyes complejas, interminables y confusas; necesitamos pragmatismo en el tema de tránsito.
Es imprescindible que la emisión de una ley de tránsito tenga como eje central la prevención y la educación de los conductores ya que el carácter sancionatorio y punitivo de una norma es sólo un paliativo para el desastre que vivimos actualmente en Costa Rica en materia de tránsito. Evitar más muertes en carretera no se logra con normas represivas, se logra con un cambio de cultura y toma de conciencia.
Los señores Diputados tienen una gran responsabilidad con Costa Rica, necesitamos una nueva ley de tránsito que brinde seguridad jurídica a los conductores y oficiales y nos ayude a mantener la paz en las carreteras.
Claudio Volio Pacheco.
Coordinador Comisión de Tránsito UCCAEP.
Hace cuatro años inició la discusión sobre la necesidad de una reforma a la ley de tránsito vigente en aquel momento. Los señores diputados de entonces se apresuraron a emitir una reforma parcial que incrementó las multas e introdujo una serie de regulaciones contradictorias y penalizaciones desproporcionadas,que propiciaron la incorrecta aplicación de la ley y el aumento en la discrecionalidad de los Inspectores de tránsito a la hora de aplicar la norma.
Hoy nuevamente los Diputados tienen en sus manos la emisión de una reforma integral a la ley de tránsito y su mayor reto es no cometer los mismos errores que sus antecesores.
Costa Rica necesita urgentemente una nueva ley de tránsito, pero no una ley promulgada por la presión de los medios o de los diferentes grupos interesados.
Costa Rica necesita una ley de tránsito ágil, sencilla, coherente, lógica y racional. Se requiere una ley simple que regule la conducción por vías terrestres y que permita tanto a los aplicadores de la norma como a los usuarios tener certeza jurídica y saber a qué atenerse mientras ejercen la conducción de un vehículo. No requerimos leyes complejas, interminables y confusas; necesitamos pragmatismo en el tema de tránsito.
Es imprescindible que la emisión de una ley de tránsito tenga como eje central la prevención y la educación de los conductores ya que el carácter sancionatorio y punitivo de una norma es sólo un paliativo para el desastre que vivimos actualmente en Costa Rica en materia de tránsito. Evitar más muertes en carretera no se logra con normas represivas, se logra con un cambio de cultura y toma de conciencia.
Los señores Diputados tienen una gran responsabilidad con Costa Rica, necesitamos una nueva ley de tránsito que brinde seguridad jurídica a los conductores y oficiales y nos ayude a mantener la paz en las carreteras.
Claudio Volio Pacheco.
Coordinador Comisión de Tránsito UCCAEP.