Poco a poco, el solidarismo ha demostrado que quiere ser integral, humanizante, verdaderamente solidario. Antes, mucha gente se quejaba de que las asociaciones solidaristas se quedaban a medio camino, apenas como si fueran cajas de ahorro y préstamo. Hay grandes ejemplos de que el solidarismo está evolucionando, “convirtiéndose” en lo que debió ser desde siempre.
Don Alberto Martén hablaba de tres grandes objetivos del solidarismo: 1. convertir la cesantía en un derecho real, en lugar de una expectativa de derecho, 2. acabar con la lucha de clases, y que los trabajadores y los empresarios se vean como amigos, como aliados, 3. convertir al “proletario” en propietario.
Hay ejemplos que demuestran que vamos por buen camino. El Equipo Solidaristas en Acción (ESA), donde unen esfuerzos las asociaciones solidaristas de Wallmart, HP, Intel, Florida Bebidas, Pipasa, TACA, Dos Pinos y Grupo Nación, ha permitido que estas asociaciones tengan una agencia operadora de seguros, hayan comprado un programa de computación especializado, ayudaran a que existan seguros exclusivos para los solidaristas y generen proyección del solidarismo en escuelas (gracias a una iniciativa de Pipasa).
Aparte de eso, ahora tenemos un gran ejemplo en el ámbito social. Se trata de lo que llaman “Red de alianzas”, que permite que las asociaciones solidaristas de Holcim, KRAFT, Baxter, TACA y Coca Cola FEMSA trabajen juntas para hacer realidad un proyecto de vivienda de interés social. Es la segunda etapa de un gran trabajo que inició Holcim, cuya asociación solidarista hizo un estudio socioeconómico de sus afiliados, y lleva adelante un programa que se llama “Cero Tugurios”.
Encontraron que treinta trabajadores de los 2500 de Holcim, vivían en condiciones infrahumanas. Los sacaron de los tugurios gracias a un esfuerzo tripartito: una tercera parte la puso la asociación solidarista, la segunda tercera parte la puso la empresa Holcim y la restante tercera parte la aportan los trabajadores gracias al voluntariado.
Cuando supe de este proyecto de Holcim, pensé en nuestro fundador, Don Alberto Martén, quien una vez me dijo que la democracia no podía ser plena mientras existiera pobreza, que había soberanía política, pero mientras hubiera gente en tugurios, pasando hambre y frío, no había “soberanía económica”. Otro día me dijo que la desgracia es que ya nadie hablaba de justicia social.
Hay otros buenos ejemplos: la asociación solidarista de Grupo del Sol tiene una campaña de limpieza de playas en Limón, la de Hycom organizó una carrera ecológica, la de Dos Pinos tiene un programa de vivienda para trabajadores de escasos recursos, la de Firestone le ayuda a sus afiliados con necesidades, la de Cefa tiene una excelente página web, las de SENARA y de Pricemart tienen créditos para vivienda muy accesibles…
En la presentación de la Red de Alianzas, en Holcim, la nieta de don Alberto, Carolina Martén, dijo que “con este paso, ustedes concretan los sueños de mi abuelo; este proyecto es el solidarismo del que habló Alberto Martén Chavarría”.
Cuando veo lo que hace el Equipo de Solidaristas en Acción (ESA) y lo que inicia con la Red de Alianzas, pienso que Carolina tiene toda la razón.
Poco a poco, el solidarismo ha demostrado que quiere ser integral, humanizante, verdaderamente solidario. Antes, mucha gente se quejaba de que las asociaciones solidaristas se quedaban a medio camino, apenas como si fueran cajas de ahorro y préstamo. Hay grandes ejemplos de que el solidarismo está evolucionando, “convirtiéndose” en lo que debió ser desde siempre.
Don Alberto Martén hablaba de tres grandes objetivos del solidarismo: 1. convertir la cesantía en un derecho real, en lugar de una expectativa de derecho, 2. acabar con la lucha de clases, y que los trabajadores y los empresarios se vean como amigos, como aliados, 3. convertir al “proletario” en propietario.
Hay ejemplos que demuestran que vamos por buen camino. El Equipo Solidaristas en Acción (ESA), donde unen esfuerzos las asociaciones solidaristas de Wallmart, HP, Intel, Florida Bebidas, Pipasa, TACA, Dos Pinos y Grupo Nación, ha permitido que estas asociaciones tengan una agencia operadora de seguros, hayan comprado un programa de computación especializado, ayudaran a que existan seguros exclusivos para los solidaristas y generen proyección del solidarismo en escuelas (gracias a una iniciativa de Pipasa).
Aparte de eso, ahora tenemos un gran ejemplo en el ámbito social. Se trata de lo que llaman “Red de alianzas”, que permite que las asociaciones solidaristas de Holcim, KRAFT, Baxter, TACA y Coca Cola FEMSA trabajen juntas para hacer realidad un proyecto de vivienda de interés social. Es la segunda etapa de un gran trabajo que inició Holcim, cuya asociación solidarista hizo un estudio socioeconómico de sus afiliados, y lleva adelante un programa que se llama “Cero Tugurios”.
Encontraron que treinta trabajadores de los 2500 de Holcim, vivían en condiciones infrahumanas. Los sacaron de los tugurios gracias a un esfuerzo tripartito: una tercera parte la puso la asociación solidarista, la segunda tercera parte la puso la empresa Holcim y la restante tercera parte la aportan los trabajadores gracias al voluntariado.
Cuando supe de este proyecto de Holcim, pensé en nuestro fundador, Don Alberto Martén, quien una vez me dijo que la democracia no podía ser plena mientras existiera pobreza, que había soberanía política, pero mientras hubiera gente en tugurios, pasando hambre y frío, no había “soberanía económica”. Otro día me dijo que la desgracia es que ya nadie hablaba de justicia social.
Hay otros buenos ejemplos: la asociación solidarista de Grupo del Sol tiene una campaña de limpieza de playas en Limón, la de Hycom organizó una carrera ecológica, la de Dos Pinos tiene un programa de vivienda para trabajadores de escasos recursos, la de Firestone le ayuda a sus afiliados con necesidades, la de Cefa tiene una excelente página web, las de SENARA y de Pricemart tienen créditos para vivienda muy accesibles…
En la presentación de la Red de Alianzas, en Holcim, la nieta de don Alberto, Carolina Martén, dijo que “con este paso, ustedes concretan los sueños de mi abuelo; este proyecto es el solidarismo del que habló Alberto Martén Chavarría”.
Cuando veo lo que hace el Equipo de Solidaristas en Acción (ESA) y lo que inicia con la Red de Alianzas, pienso que Carolina tiene toda la razón.