El hecho que seamos ambientalistas y que el país se declare verde, aunque esto no se cumple en su totalidad, no significa quedarse estancado y bajo un mal entendido ambientalismo, se auto inmole y decida no aprovechar lo que la Naturaleza, el Creador le otorgó. Países con amplia cultura ambiental, como los países nórdicos, explotan el petróleo en su territorio; ellos no practican un ambientalismo fundamentalista.
Un recurso natural, llámese petróleo, gas, geotermia, por solo citar tres, son fundamentales, desde el punto de vista energético, para el futuro desarrollo de un país, en especial pobre como el nuestro. Esto no se puede desconocer. Y como se dice “se puede apoyar, ayudar a un amigo, pero no me hundo o muero con él”, ambientalmente pensando.
Claro, y lo repetimos, hay que exigir toda la normativa ambiental y social existente, e invertir las eventuales ganancias en el desarrollo del país. Y por supuesto, no se puede abandonar la planificación de un país sin petróleo, cuando las existencias pocas o muchas se agoten. Un país como el nuestro tiene que apostar a la energía renovable hidroeléctrica, geotérmica, solar, eólica, del mar, etcétera; no se puede abandonar esa ruta. Muchos de los recursos invertidos en petróleo o gas, deberían invertirse en prepararnos para lograr esa transición hacia un mundo sin petróleo, que se dará a mediados o finales del presente siglo. En esto debe pensar un verdadero ESTADISTA.
Hoy se demanda energía para el transporte, viviendas e industrias, y a precios competitivos. Entre el año 2030 y 2050 se necesitará mucha energía para satisfacer la demanda de la población y a industria. Y a finales de siglo, ni que les cuento. Entonces, pienso, no tenemos derecho a hipotecar las necesidades energéticas de las generaciones futuras. Ellos tienen derecho a la esperanza. Ya no estaremos, pero no quiero que en esos años me reclamen los descendientes y en general los costarricenses, el no haber pensado en las necesidades energéticas de las generaciones de los albores del siglo XXII.
La clave de todo será lograr un equilibrio entre la exploración y explotación de los recursos con la naturaleza, con la población. Con la tecnología actual y la que se inventara, esto se puede lograr. Somos optimistas en este sentido.
Alexander Bonilla Durán.